1. Miriam, la mujer de mi vida


    Fecha: 21/12/2018, Categorías: Transexuales Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... importaba, sabía que ese día iba a descargar mis embriones dentro de ella. Me lleve una caja de condones para tomar la iniciativa. Llegué a las 7:20 a su domicilio, salió a abrirme, se veía divina: Jeans entallados, bien ajustados, botas de vaquero, un escote negro cubierta por una chamarra de piel color café, muy bien maquillada y su hermoso cabello suelto, se veía increíble. Todavía no terminaba de trabajar, terminó con su último cliente y cerró. Pase a su sala y me preguntó que si quería beber algo, le dije que sí, me sirvió vodka, puso música y conversamos. No había prisa de nada, teníamos toda la noche para gozarla y así fue. Nos terminamos el vodka y salimos al oxxo a comprar unas parís de noche, yo jamás las había probado, pero a ella le encantaban. Pagué dos six y salimos, en eso me toma de la mano, se detiene y me dice: “Me la estoy pasando increíble, me gustas” Y de beso, no pude rehusarme, me gusto besarla, sentí su lengua, sus labios, aunque eran operados, estaban carnosos y suaves. Nos reintegramos al camino y nos volvimos a detener para comprar algo de comer. Llegamos a su domicilio y seguimos con la música, bebimos, cenamos, bailamos, nos besamos, nos tomamos fotos. Era ya la 1:00 am y entonces decidí empezar a trabajarla. Le pregunté que si me deseaba íntimamente y me dijo que era más que obvio. Le explique sólo había experimentado el rol de activo y que así me gustaba. Por su parte, ella me dijo que sólo era pasiva y que me la podía dar, sin pena ni gloria. ...
    ... En eso se levanta y me pide que la abrase. Nos besamos apasionadamente, le quite la chamarra, y le arranque su escote, sus pechos eran preciosos, grandes. Le empecé a chupar las tetas. Ella me fue desnudando de arriba hacia abajo. No sabía cómo agarrarla, quería atorármela en ese momento. Me pidió que me sentara y ella se agachó a hacerme sexo oral. Sentí fabuloso, jamás me lo habían hecho de esa manera, se sentía tan genial, duro un buen rato allí abajo, pero no fue suficiente para que me viviera. Ella se levantó y me dijo que fuéramos a su habitación. La acosté en su cama, le quite los jeans, acaricie su trasero, yo ya estaba completamente desnudo. En eso saca un lubricante y empieza a untármelo en mi pene, sacó los condones de la bolsa de mi pantalón, y le pedí que me lo pusiera. La desgraciada me lo puso con la boca, y cuando lo untó con su lubricante, se dispuso a montarse encima de mi pene. La penetré, sentí divino, en ese momento no pensaba en absolutamente nada. Cambió de posición la puse de perrito y le daba con todo. Fue en ese momento cuando ella, empezó a gritar y cada vez sus gritos eran más intensos. Me pedía más y más, hasta que terminé. Fueron los mejores minutos de mi vida. Sentí mucha satisfacción. Algo que no había sentido antes, no sé si fue porque me había enamorado de Miriam o porque había hecho algo tan excitante como prohibido. Me salí de ella, retiré el condón y me di cuenta que el condón se había roto porque le untaron lubricante de aceite en vez de ...