1. ¡VOLVER A LOS 17! 1


    Fecha: 11/03/2025, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    -Veo que están muy cómodos. – Tamara entró a la habitación. 
    Habíamos dejado la puerta abierta. Nuestro interés era que la mamá y las hermanas nos vieran cogiendo. Yo aspiraba que esa visión las motivara para estar dispuestas a hacerlo conmigo. Sabía, por los antecedentes de todas ellas, que un buen polvo jamás las escandalizaría.
    -Sin la menor duda, disfrutando. – Contesté. Yo era el único que podía hablar. 
    	Por una de esas vueltas del destino, la abuela de Tamara y Vanesa, vivía a solamente 80 metros de casa. La conocí en una de las infinitas veces que mi madre me mandaba a hacer alguna compra en los comercios del barrio. Muy simpática, agradable y… ¡estaba buenísima! Una señora total, de más o menos 50 años, extraordinariamente bien llevados. Eso… de los 50…, lo suponía porque una de las pibas del barrio, que, por supuesto estaba en la mira, por no decir en la punta de mi glande, me lo dijo cuando yo le comenté lo buena que estaba…, y con qué gusto me la cogería… Como la nena no quería competencia…, me dijo que tenía “como 50”. Me importaba un carajo…, aunque hubiera tenido mil, ¡estaba buena para coger…! Pero…, por supuesto, me fue más fácil, hacerlo con las nietas…, aunque mi lujuria no me impedía soñar con la abuela…, y también con la mamá.
    	Pero… sigamos con las nietas…
    	A Vanesa la tenía semiacostada, con el culo parado. Yo estaba al costado de la cama, con la pija en estado mamable, en la boquita de la nena. Dos de mis dedos se introducían en su culito. La ...
    ... oportunidad de estar en una cama, nos la había ofrecido la abuela cuando, a pesar de nuestra presencia, dijo que iba a la panadería a hacer compra. Con Tamara y Vanesa nos miramos entre asombrados y entusiasmados. Lo clásico sería que nos pida a alguno de nosotros hacer el “mandado”, pero…, la abuelita nos quería dar la oportunidad…, o no imaginaba tanta lujuria… De todas maneras, con Tamara ya habíamos tenido nuestra refregada…, aunque fue en situación bastante incómoda, entre yuyos y plantas…
    -¿Cómo están, tesoros? – La hermana mayor no se sorprendía…; sabía de mi inclinación hacia su hermanita; lo habíamos hablado durante nuestro polvo y de las ganas que Vanesa me tenía.
    De cualquier manera, ella me había facilitado el “tratamiento”, al hablarle entusiasmada a la hermana de lo bien que lo había pasado con mi pija en sus agujeros. 
    -¡Hummm! – La nena no podía hablar. Tenía la boca ocupada. El sexo oral la llenaba de entusiasmo.
    -¿Le estás dando instrucciones? – Tamara lo tomaba en joda. Para ella, absolutamente en lo cierto, el sexo siempre era diversión…
    -Ya le abrí la conchita, el ojete, y ahora le estoy enseñando a tragar semen.
    -¿Qué tal Vane? ¿Te gusta? – Quería la opinión de la hermanita.
    -Hummmm… - Movió la cabeza en “si”. No podía hacer otra cosa. Tenía mi pija hasta la garganta.
    -Todo muy bien. – Dije yo. 
    -¿La estás instruyendo?
    -Algo así. Es muy buena alumna, aprende rápido. – No iba a dejar a la hermana sin respuesta, aunque ella lo sabía. 
    -¿Te gusta, ...
«1234...»