¡VOLVER A LOS 17! 1 - Relatos Eróticos

¡VOLVER A LOS 17! 1

... y le habló a la hermana mayor. 
-Tamara, Dani me prometió que esta noche me iba a dejar acostarme con él.
-Si tesoro, juntito con tu hermanita…
-Ahh… ¿sola no? – Vanesa estaba inquieta.
	Quería aprovechar la noche en que iba a estar solo, aunque sea hasta las 3 de la madrugada, más o menos. A esa hora, generalmente, retornan mis padres.
-Eso no importa. También vas a gozar mucho, - Tamara lo sabía muy bien. En más de una oportunidad habíamos hecho tríos con varias amigas. 
Yo sabía perfectamente, porque la hermana me lo había dicho, que Vanesa jugaba al sexo insistentemente, siempre que pudiera, mañana, tarde y noche, y si no había macho, lo hacía con las hermanas o amigas. Más que bisexual era “multifacética”, ni el perro se salvaba. 
	La menor de las hermanas, Sylvia, una preciosura, estaba dispuesta, siempre mirando…, observando hasta dónde llegaban las hermanas.
-Dani, ¿las dos nos acostamos con vos? – Vanesa estaba muy interesada.
-Claro…, si quieren…
-¡Claro que queremos!!! – Unanimidad por parte de Sylvia y Vanesa.
	Primero quería probar a Sylvia en soledad. La nena, en la mitad de la primaria, estaba buenísima, aun cuando todavía fuese pequeña. Esas pibas que, a pesar de la edad, tienen todo tan bien colocado, son tan voluptuosas, que no dejan de hacer parar la pija en cuanto la ves…, y te sonríen con una mirada atrapante…
-¡Tesoro! ¿Conocés mi habitación? – Veremos si le “interesa”.
-No, no. ¿Me la mostrás? – Ni Vanesa ni Tamara hicieron alguna ...

... observación; no querían privarle a la hermanita, lo que ellas ya habían disfrutado.
-Si, vení. – La tomé de la mano y me metí en el largo pasillo. Eran cuatro las habitaciones que daban al pasillo, además de los dos baños. Por suerte mis padres trabajaban ambos, y mi hermano mayor, vivía en un dpto. junto a un amigo, con el cual, según me comentó, alternaban el uso con chicas “cariñosas”.
	
Yo iba con Sylvia hacia le cama. Dos pasos más y ya la había tomado de uno de los glúteos. La nena giró la cabecita y me sonrió. ¡Le encantaba el toqueteo!
	Cuando entramos, la abracé, con una mano en un glúteo… Ella apoyando la cabecita en mi estómago, no llegaba más arriba. No había posibilidad de 69; las chupadas tenían que ser alternativas, sin remedio…
-¿Querés qué cerremos la puerta? 
-Por mí no hay problema. Solamente están mis hermanas… - Parece que Sylvia es exhibicionista.
-¿Te gusta que vean?
-Bueee…, no me molesta…, no es nada nuevo para ellas…, ya lo hicieron…, con vos también…
-Sin duda…, y les gustó…
-Si, me dijeron lo bien que la pasaron… ¡Jajaja! ¡De una en vez y las dos juntas! ¡Sos capaz de todo! ¡Pero yo quiero que te dediqués solamente a mí…
	No sé ni me interesa saber qué experiencia tenía. Cuando mis labios hicieron contacto con los suyos, Sylvia los entreabrió. Nuestras lenguas emprendieron terminante batalla. Sin dejar de apretar sus glúteos, una de mis manos fue a su nuca. Acariciaba su cuello y sus cabellos. El beso fue intemporal. Las lenguas estaban ...