¡VOLVER A LOS 17! 3 - Relatos Eróticos

¡VOLVER A LOS 17! 3

Se sentó a mi lado. Su cortísima pollera se recogió hasta donde los muslos encontraban las caderas… Veía su tanga azul cobalto. ¡Era un poema! ¡Carajo! Azucena me había puesto al palo. ¿Cómo lo disimulo? ¿O no lo hago? ¿Cómo vendrá la mano? 
-Dani, precioso… Las hijas de Alcira me dijeron lo mucho que vos les gustás… ¡Les doy toda la razón! ¡También me gustás a mí! ¡Jajaja! 
Yo estaba con la boca abierta…, ¡nunca lo hubiera creído!
-¿Te asombra? Sé que ellas tienen muy buen gusto…, y que las hacés muy feliz…, ¡recontra feliz! ¿Es cierto eso?
-Y…, no sé… ¡si ellas lo dicen!
-¡Jajaja! ¡Quiero que me lo demuestres a mí! – Me miró y puso su mano sobre mi bulto. - Y…, bueno…, creo que estás en condiciones… ¡Vamos al dormitorio, mi amor!
	Se levantó y me tomó de la mano. 
-¡Las tres me confesaron lo feliz que las hacés. ¡Yo lo quiero ser también!
	Nos desnudamos mutuamente en el recorrido entre la sala y el dormitorio. Como tantas otras que últimamente había conocido, tenía una cama King Size…, todo multiuso…
	Azucena no me dio tiempo a nada; me “tiró” boca arriba. ¡No al pedo tenía la pija como periscopio…!
	Galopaba enloquecida… No imaginé que esa mina, supuestamente veterana, tuviera tanta energía y flexibilidad. ¡Es maravilloso verle bambolear soberanas tetas, hacia arriba y hacia abajo, a un costado y al otro… Se las agarré, dado que ella las apretabas para mantenerlas un poco más quietas… Azucena sonrió y apoyó sus manos en mi pecho. 
-¡Gracias, mi amor! ¡Se me ...

... iban a caer! ¡Jajaja!
-¡Siiii…! ¡Son tan lindas! ¡Me encantan! 
-¡Amorcito! ¡Sos divino! – Su galopar no amenguaba. Se inclinó hacia mi rostro. -  ¡Tesoro! ¡Es tan lindo… el sexo con vos…! ¡Chupamelas! ¡Bien fuerte, por favor!
	Tal vez pensó decir “coger…”, pero se contuvo: prefirió termino más suave…
-¡Azucena! ¡Es tan hermoso hacerlo con vos! - ¡No sabía qué más decir! ¡No me imaginaba cogiendo con semejante hembra! 
-¡Aggg, aggg, aggg! ¡No parés! ¡Me encanta, me gusta tantoooo, no paréssss! ¡Aaggg, aggg! – Alternaba mis chupadas en los dos pezones… ¡cómo dedales! - ¡Mi bebé! ¡Qué lindo es tenerte adentro!
	Seguimos como una hora. En esa época yo todavía podía tener varias acabadas en poco tiempo. Azucena no se cansaba jamás.
-¿A qué mis nietas no te aguantan como yo?
-No mamita…, ¡ni en pedo! ¡Hacerte el amor es glorioso!
-¡Mi tesoro! ¡Hacemos el amor! ¡Si, tenés todo mi amor! ¡Lo que vos quieras es tuyo!
-Si mamita, mi amor… ¡Me gustaría mucho abrirte el culito!
-¡Si tesoro! ¡Todo para vos! – Se desensartó y se puso en cuatro. ¡Qué increíble culo!
	Me enanqué y busqué el esfínter con el glande. Azucena, apoyada en la cama con el pecho y la cabeza, se abrió los glúteos.
-¡Todo para vos, mi amor! ¡Metete con todo! 
	Fui entrando lentamente. La dilatación era buena. Se nota que lo usa con frecuencia… En un minuto tenía media pija adentro. ¡Un placer total!
-¡Sí mi amor! ¡Bombéame mucho! ¡Me gusta tanto! – Azucena jadeaba en cuatro patas. 
	En este caso el que ...