Una tarde en el vapor - Relatos Eróticos

Una tarde en el vapor

Hola lectores este es mi primer relato espero sea de su agrado.
Mi nombre es Pavel, tengo 29 años. Soy un hombre moreno mido 172 centímetros, varonil de cabello negro y corto sin barba. Soy de complexión media con piernas torneadas y nalgas paradas por el ejercicio. Vivo en la ciudad de Guadalajara. Me considero bisexual pasivo.
Antes de comenzar el relato les quiero decir que soy de closet aún, con una vida hetero y totalmente fuera del ambiente. Pero me gusta visitar lugares de ambiente como vapores y bares, donde acudo de vez en cuando en busca de algo rico. Casi siempre me gusta solo ver porque me da un poco de miedo que alguien que me conozca me descubra.
Mi relato comienza el sábado 8 de marzo, estaba en casa limpiando y me sentía un poco caliente, por eso decidí acudir a un vapor de ambiente muy conocido en la ciudad, que se localiza en el centro de Guadalajara. Acudí como a eso de las 5 de la tarde, el plan era sencillo, ir a darme una vuelta y mirar un poco de acción y masturbarme viendo como otros tenían sexo. Entonces tome mi mochila un cambio de ropa, me duche por todos lados por si acaso me enfunde en un suspensorio negro Calvin Klein que resaltara mis nalgas, un pantalón de mezclilla entallado y una camisa rosa ajustada.
Llegue al sitio como de costumbre y me recibió un chico como de mi edad que me dio las llaves del casillero. El ambiente era tranquilo, pero se veía que había mucha afluencia, yo estaba encantado de las posibilidades de ver a otros y poder ...

... masturbarme mientras los veía. Pagué mi entrada y vi que tenían venta de poppers hace mucho con un amante los había usado y me decidí a comprar un frasco. Tomé mis cosas y me dirigí a los casilleros. Al llegar vi que había muchos hombres de diferentes edades y complexiones, algunos robustos, otros jóvenes y otros maduros (me encantan los maduros). Me comencé a desvestir entre otros 3 hombres que estaban ahí, solo nos mirábamos y mis ojos se dirigían a sus penes.
Termine de desvestirme y me coloque una toalla que te dan para entrar a la sauna, la amarre en mi cintura, tome el frasquito de poppers, un condón y me dirigí al vapor. Al llegar mis ojos no podían ver nada, ya que este es un cuarto oscuro, solo podía respirar el olor a sexo y escuchar los gemidos y mamadas que se estaban dando, eso era un festín sexual. Estuve por allí cerca de 2 minutos observando, hasta que mis ojos se acostumbraron a la tenue iluminación que entraba por la ventana de la puerta.
Pude ver como un chico delgado se hincaba a mamar la verga de otro que lo tomaba de la cabeza y lo follaba duro por su boca. Yo solo me relamía de las ansias por ser ese chico recibiendo verga. Al poco rato entraron dos maduros y se comenzaron a devorar besos por todos lados, hasta que uno se dio la vuelta y se ensalivo el culo para que el otro lo penetrara de una estacada. No podía ver su cara de placer, solo se escuchaban sus gemidos de dolor y placer al ser empotrado por su macho.
A estas alturas mi culo estaba muy ...