¡SI SE PUDIERA VOLVER! - Relatos Eróticos

¡SI SE PUDIERA VOLVER!

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	Kirky se acomodó sentada contra la cabecera de la cama, las piernas abiertas y levemente recogidas. Yo arrodillado y con la cabeza entre ellas. ¡Cómo deseaba tener una lengua de 10 centímetros de largo! ¡La que tengo no me alcanza para hacer todo lo que quiero! 
-¿Te acordás cuando fue la primera vez? – Me gusta recordar mis 17.
-¡Entre el pasto y las plantitas del parque! ¡No sólo me chupaste la concha! ¡También me la metiste!
-¿Y qué otra cosa podría hacer teniéndote con las piernitas abiertas…, tan mojadita…?
Kirky me acaricia el cabello y la espalda. Yo la tengo desde los muslos, tratando de llegar con mis dedos a la zanja del culo. La maravillosa hembra se inclina desde el culo, para dejarme vía libre. Mi dedo pulgar alcanza su esfínter y lo penetra. Gime suavemente…
-¡Ay papito, que rico! ¿Te acordás que una vez hablamos del coito anal? ¡Me preparé como me dijiste! Desde que viniste al restaurante hasta ahora. 
Le indiqué qué que se pusiera en cuatro.
-¡Papito! ¡Me vas a coger como a una perrita! ¡Jajaja! ¡Qué lindo! – Evidentemente Kirky no tenía mucha práctica sexual de adulta…, o solamente había cogido con palurdos del secundario…
	Le di unos cuantos chirlos y le besé los glúteos, la chirlaba y la besaba.
-¡Jajaja! ¡Sos un lujurioso!
-¡Nooo! ¡Esto no es nada! – Metí mi cabeza entre los glúteos y lamí el esfínter.
-¡Ay papito! ¡Qué rico!
-Apoyate con la cabeza y las tetas… ¡Separate los glúteos!
	Me respondió al instante. Apoyé el glande en su hoyito…, ...

... y empujé suavemente. El plug había hecho un buen trabajo…, el esfínter se dilató a la medida de la cabezota…
-¡Despacito Dani, por favor! – Empujé suavemente. Lo último que quería es que le doliera… - ¡Si! ¡Te siento!
	Ya estaba el glande dentro… La tomé de las caderas, me afirmé y di otro empujoncito…
-¡Ayyyy siiii…!
-¿Te duele, mi amor? – Inclinado sobre ella, le llené de besos la espalda y el cuello…
-¡Un poquito…!
	Seguí empujando. Toda la cabeza dentro. ¡Sentí el terciopelo del recto!
-¡Ay…, me gusta! ¡Me gusta mucho! ¡El dolor se vaaaaa! ¡Dale! ¡Hasta el fondo! – Era la reacción que esperaba.
	La tenía de rodillas, con el torso casi vertical, tomándola de las tetas. ¡Estaba adentro!
-¡Siiii, papito lindoooo! ¡Qué gusto! – Kirky giró su cabeza y nos besamos con las lenguas. 
	¡Estoy todo adentro! La saqué hasta el glande…, y volví a penetrarla… hasta el fondo…
-¡Así, así, dale papito! ¡Qué rico! – Estaba bombeando…, en realidad Kirky bombeaba…, se movía hacia adelante y hacia atrás. Casi no tenía que moverme. La pija entraba y salía complacida del culo de la hembra. - ¡Jajaja!
-¡Sé que te gusta mucho…! ¿Pero eso de reírte? ¿Tanto placer?
-¡Siiii! ¡Muchísimo placer! ¡Pero no me rio del placer! ¡Me acordé de cuando fuimos al lavadero a “buscar las revistas…”!
-¡Jajaja! ¡Si! ¡Idea genial la tuya! – Incentivé el bombeo, alentando sus propios movimientos.
-¡Ay siii! ¡Dale! ¡Bien al fondo! – Kirky apretó el culo contra mi ingle. - ¡No fue idea mía!
	Nuevamente ...