1. NUEVE AGUJEROS PARA UN PERCUTOR


    Fecha: 26/03/2025, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... nena, ésta me masturbaba suavemente, más caricia que paja…
    -¡Diosito! ¡Sos genial! ¡Me vengo! ¡Más y más! ¡No puedo parar!
    	En verdad, los orgasmos de la nena son continuos…, ¡casi no me daba tiempo a tragar! Le había puesto las piernas como collar, alrededor del cuello. Su conchita en mi boca y sus piecitos en la nuca. ¡Es tan deliciosa!
    	Me senté en el sillón que hay en la pieza y la senté sobre las rodillas, frente a mí. ¡Jajaja! Cuando le dije que eso era “a horcajadas”, pensó que así se llamaba coger sentada sobre las rodillas.
    	Luego de su segundo o tercer orgasmo, la desensarté y fui a su boca.
    -¡Así papito! ¡”Cue ricouuu”! – Ya no podía hablar. A los tres segundos estaba descargando mi semen en su boquita. Valeria tragó todo lo posible. ¡Estamos completos!
    	Nos quedamos relajados en la cama, entre abrazos, besos y caricias.
    -Dani…, por favor…, no te vayas antes de volver a estar conmigo…
    -¡Si, mi amor! ¡Todo para vos! – No sabía si eso sería posible, pero no me costaba creerlo…
    	Nos fuimos a duchar juntos en el baño que tenía en mi habitación. Tomada de los robinetes del agua, Valeria me ofreció el culito. Me enjuagué la pija como correspondía y le enjaboné el recto. ¡quedó limpita!
    -¡Jajaja! ¡Papito, sos divino!
    	Valeria estaba feliz…, ¡yo también!
    	Nos vestimos y salimos. La iba a acompañar hasta su casa…, en una de esas conocía a su mamá. La residencia, donde yo estaba, es una de esas clásicas de principios del siglo XX: un gran patio de unos 10 ...
    ... metros por lado, las habitaciones y los servicios dando a la galería que lo rodeaba y en el centro un aljibe, jardín y bancos. ¡En uno de esos bancos estaban Sofía y Paula… ¿esperando turno?   
    -Acompaño a Valeria y vuelvo… - Lo dije como al pasar…, que no se la tomen en serio…, aunque tanto ellas como yo, sabíamos que mis próximos agujeros serían los de ellas.
    	No era lejos, como todo en el pueblo. Doscientos metros… y la vuelta…, pero conocí a la mamita… Según lo que me dijo Valeria, tenía tres o cuatro pijas por semana. ¡Vería si podría agregar una quinta!
    	Como la gran mayoría en ese pueblo, la mamá de Valeria, Emma, según me dijo la nena, está buenísima. Unos 30 años, castaño claro, ojos de miel, pestañas para rayar el piso cuando los cierra…, y cuerpo… para ahogarse chupando… A ojos de…, más o menos entendido… ¡100-70-110!… ¡y es poco! Una sonrisa…, bueeee… -¡tendría que entrar en ese momento! -, pero tengo que atender a Paula y Sofía… 
    -¡Señor ingeniero! Valeria me contó que es usted muy amable y cariñoso… ¡Me agrada mucho eso! ¡Es lindo saber que atiende a mi nena con cariño y simpatía! Puede usted venir cuando quiera. La puerta estará siempre abierta… y Valeria y yo estaremos muy felices de atenderlo.
    -Si, señora Emma, sería un gran placer para mí hacerles compañía…, sin duda, siempre que mis tareas lo permitan…
    -¿Mañana al mediodía podría usted acompañarnos en el almuerzo?
    -Pero…, Valeria tiene doble escolaridad…
    -No hay problema si un día la retiro al ...