NUEVE AGUJEROS PARA UN PERCUTOR - Relatos Eróticos

NUEVE AGUJEROS PARA UN PERCUTOR

... arriba. Las pastillitas aseguraron a mi pija seguir erecta. Sofía se ensartó inmediatamente. Le indiqué a Paula que se acuclillara sobre mi cara. 
Mientras Sofi cabalgaba, le lamía la concha a Paula. No sé si es un milagro o una bendición: ¡todas las conchas que llego a chupar son exquisitas!  
¡Se había puesto interesante! Paula y Sofía, frente a frente se besaban y acariciaban las tetas, pellizcándose los pezones. Yo utilizaba mis manos para introducir un par de dedos en el culo de Paula y acompañar el amasijo de tetas que ésta le hacía a Sofi.
Paula había llegado al tercer o cuarto orgasmo. Yo estaba muy feliz por conseguir todo eso. Ella, en algún momento me había dicho que no lograba gozar cogiendo con el marido…; bueno…, esto era algo mejor. 
Pero se la quería dar por el culo. Ya había visualizado, en una de mis chupadas, que Paula tiene el orto bastante bien abierto, cosa de un uso prácticamente cotidiano. ¡No era para desperdiciar!
-¡Chicas! Hagan un 69…; vos Paula arriba. 
-¡Jajaja! ¡Se la vas a meter por el culo! – Sofi lo interpretó rápidamente. 
	Se acomodaron inmediatamente. Las chicas, chupando conchas mutuamente. Contribuí chupándole el culo a Paula…
-¡Qué rico Dani! ¡Me gusta mucho! 
-¡Ya te va a gustar más! – Le separé los cachetes y le unté el lubricante. Igual hice en la pija. – Ahora va, tesoro. 
	Me acomodé sobre las ancas ...

... de Paula. Sofi aprovechó para lamerme los huevos.
	Con un poquito de esfuerzo metí la cabeza. Se la saqué y en el hoyito abierto metí la lengua. Nuevamente con el glande al interior de Paula. Yo quería que durara. Fui entrando despacito. Las chicas no dejaban de lado sus respectivas conchas y clítoris. Sofía lo matizaba lamiendo mis testículos. Estos ya estaban contra los glúteos de Paula. Comencé con un sosegado mete y saca, para gozar el roce, una y otra vez. Las chicas alternaban sus mutuos orgasmos. Veía el rostro de Sofía totalmente empapado. Suponía que el de Paula estaría igual.
	Le acariciaba suavemente los glúteos y la espalda. A esta, además, la besaba, de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba, hasta donde el cuerpo diera…
-¡Ay Dani! ¡Qué ricas son tus caricias! ¡Pobre Sofi… ¡se tiene que bancar mis orgasmos!
-¡Jajaja! ¡Son ricos! ¡Me gustan! ¡No le voy a dejar nada a Dani! – Estos juegos lesbianos entre las chicas me encantaban.
-¡Ahí va nenaaaa! ¡Te lleno el culo!
-¡Siiii! ¡Daleee! 
-¡No te muevas, no te muevas! ¡Quiero chupártelo cuando te desensarte Dani!
	Luego de mi eyaculación, cuando la pija se aflojó, salí suavemente del culo de Paula. Sofía salió despacito, sin casi mover a su compañera, y fue a su culo. Apretó su boca contra el ojete de Paula.
-¡Ahora si! Ponete bien en cuatro… - Y le chupó hasta la última gota de semen.