NUEVE AGUJEROS PARA UN PERCUTOR - Relatos Eróticos

NUEVE AGUJEROS PARA UN PERCUTOR

... mediodía…
-Es muy probable que pueda. Le aviso a la mañana, ¿puede ser?
-Totalmente posible…
	Y me fui… ¡Qué kilombo! ¡Debo hacer una agenda de “entrevistas”! 
  	Volví hacia la residencia. Esperaban Sofía y Paula. Sofía ya me había probado, y si se asoció con Paula para hacerlo juntas, quiere decir que le gustó, aunque fue algo incómodo en el salón de la escuela. Ahora sería mejor… y, sin duda, Sofi y Paula ya se deben haber refregado en una cama…
	Nos besamos suavemente en las mejillas, y Paula nos guio a su dormitorio. Una gran cama…, para dos parejas, por lo menos…
	Paula me tomó de la mano y me llevó hacia la cama. Sofía ya estaba retirando su blusa, dejando al descubierto las tremendas tetas, tan apetecibles, con los pezones erectos por la calentura.
Yo disfrutaba lo que veía, aunque ya lo conocía. Dos mujeres de ese nivel de sexo y lujuria, no aparecen todos los días.
 	Sofía, apurada, se quitó el vestido, quedando a la vista un hermoso juego de tanga y breve corpiño, para tapar nada de lo que vale la pena ver.
Me desabrochó el cinturón y bajó el jean, junto al bóxer. Yo, pelotudo, ¡todavía me ponía calzoncillos en ese pueblo! Pero al fin quedé en bolas, para el placer de las “niñas”.
Paula, ya desnuda, se puso atrás, pasándome los brazos alrededor de las caderas, para agarrar la pija, y apretándome la espalda con sus tetas. Sofía estaba acuclillada mamando desaforadamente. Tuve que decirle que afloje un poco, sino me la iba a sacar…
	Me estaba ...

... desarmando. Suspiraba, gemía, jadeaba… ¡Dios! Sofía mamando y Paula acariciándome los huevos, pasando los brazos alrededor de mis caderas, mientras me refregaba las tetas por el culo. ¡Si! ¡Por el culo! ¡Una coreografía para el ballet de Barýshnikov!
Le enredaba el cabello a Sofía y trataba de morigerar su impulso. Paula me lamía, besaba, chupaba, desde la espalda hasta el culo, y en lo posible no me soltaba los huevos. En un momento, me separó los glúteos y metió la lengua en el hoyo: ¡Dios, casi me desmayo!
¡Qué hembrón! Mis piernas temblaban. Me tomé de la cabecera de la cama, ¡sino me iba a la mierda!
Sofía alzó la vista sonriendo. Justo en ese momento la miraba, tal vez tratando inútilmente con mi vista, hacerla sofrenar un poco, pero Sofi sonreía disfrutando de la mamaba tanto como yo, o dichosa de hacerme gozar tanto. ¡No me olvidaré de ella nunca jamás!
Paula se ubicó al lado de Sofía. Ésta se apartó y Paula ocupó su lugar…, también en mi pija, envolviéndola con la lengua, con la misma dedicación que Sofi. Paula chupaba mientras la pija entraba en palpitante erección. ¡La descarga estaba próxima! Yo había atraído a Sofi a mi lado para chuparle los pezones, pero el orgasmo me distrajo. Miré hacia Paula a ver cómo recibía ella el semen en su boca. ¡Una artista! Por las comisuras que formaron su sonrisa cayeron algunas gotas. ¡Todo lo demás fue a su garganta!
¡Aaaahhhh! ¿Podría relajarme para recuperar energía… y semen? 
En cuanto Paula se retiró, me acosté totalmente boca ...