LA PAJA EN EL OJO AJENO - Relatos Eróticos

LA PAJA EN EL OJO AJENO

Pensaba pasar una noche tranquilo. Eso quiere decir “dormir en paz”. No es que no me gustara la buena compañía, sino que… de vez en cuando necesitaba descansar. Había concluido perfectamente el show familiar: Emma, Daniela y Valeria. Dedicaría algunos minutos a la papelería del tema que me había llevado al pueblo. En eso estaba, instalado en el sillón que me había facilitado Paula, para que pudiera estar más cómodo en la habitación. Ordenaba papeles que tendría que entregar en la empresa cuando el trabajo concluyera. 
	Como era costumbre, además de no haber motivo ni nada que me obligara, tenía la puerta de la habitación abierta. De pronto entraron…
-¡Hola Dani, te traigo compañía! Ellas son Carla, Mía y Carmen, compañeras y amiguitas de mi curso. ¡Quieren “conocerte”! – Valeria siempre haciendo “favores” interesados; ¡la manera de participar, sin pedirlo directamente!
	Las nenas…, a cuál más preciosa, se presentaron.
-Mucho gusto ingeniero…, soy Mía… - Se acercó y me dio un beso en cada mejilla.
-Yo soy Carmen…, y estoy muy contenta de conocerlo. – Carmen también me besó en las mejillas.
-Yo me llamo Carla, Dani. Es un placer conocerte. – La más confianzuda. Me tomó del cuello y me besó en la comisura. 
-Soy Valeria… y me conocés… ¡Jajaja! – Parece que se acabó el relax…
	Efectivamente, competían con Valeria en altura, desarrollo, simpatía y belleza. Una morocha, Carla, una castaño claro, Carmen, y una rubia, Mia. 
-Venimos a hacerte compañía, para no darte tiempo ...

... de que te aburras… - Valeria cerró la puerta. No le puso cerrojo. ¡Ya toda la residencia sabría quienes me estaban haciendo “compañía”!
	Seguramente, Valeria las había aleccionado. Para demostrarlo me abrazó y me besó en la boca. Me dijo en el oído “están desvirgadas”. ¡Una garantía!
-Mis amigas estaban muy interesadas en conocerte. 
-Si Dani. Se habla muy bien de vos en el pueblo…, más allá de las maravillas que hablan Valeria y la mamá. – Carla pretendía ser la primera. Se sentó sobre una de mis piernas. –Esperamos no incomodarte…
-No, para nada, para mí también es un placer. – Realmente las nenas son riquísimas. Veremos cómo hago para complacerlas a todas. 
	Carla, la más decidida… y más opípara, se había sacado la blusa y lucía sus incipientes tetitas más las rosadas areolas y duros pezones. ¡Le di el gusto! La atraje hacia mí y se los besé y chupé.
-¡Dani! ¡Valeria tiene razón! ¡Sos un amor! – Las otras dos no quisieron quedarse atrás. ¡Se desnudaron totalmente! Al igual que Valeria, quien daba el ejemplo. Se sentó desnuda sobre la pierna que había dejado libre Carla, quien terminó de desnudarse totalmente.
-¿Vamos a la cama, papito? – Valeria orientaba la “acción”. – Se levantó, hizo levantar a Carla y me bajó el pantalón y el bóxer. La pija saltó hasta el ombligo. 
-¡Huy que linda! – Mía se decidió a hablar… y actuar: me la agarró y comenzó a acariciarla. Rápidamente Carmen, que parecía la más tímida, le hizo compañía. Tenía a Mía y Carmen entretenidas con mi ...