TANTO VA EL CANTARO A LA FUENTE - Relatos Eróticos

TANTO VA EL CANTARO A LA FUENTE

Tenía a Sara, la mujer del comisario, en cuatro y satisfaciendo todos sus deseos…, y los míos. Me enanqué para introducirme en el culo. Ella tenía el lubricante a mano. ¡Siempre lista! Un buen bombeo durante 10 minutos, más o menos, con varios de sus acostumbrados orgasmos… y yo aguantando, como siempre…
-¡Papito, cómo me hacés gozar!
-Vos también mamita. ¡Es un placer único!
-No te vayas sin volver a buscarme para otra noche de múltiples polvos. ¡Sos maravilloso!
Pero no seguimos mucho más…
-¡Son las seis Dani! Mi marido estará por venir para atender la comisaría.
-No hay problema, me ducho y me voy.
-Vamos juntos al baño. – Sara tomó mi ropa y me indicó el camino.
Fuimos ambos, por supuesto. Sara se tomó de los robinetes de la ducha. Paró el culo espectacularmente.
-¡Dale papito! ¡Otro poquito antes de irte! – El deseo y la indicación es clara. - Bombeame bien y luego dámela en la boca. ¡Quiero tragar el semen! 
Nuestro último polvo del día. 
Nos secamos y vestimos, yo por lo menos. Sara se puso un camisolín para esperar a su marido en la cama. Me lo había dicho. Aunque haya estado con 20 mujeres, siempre terminaba cogiendo con ella.
-Te avisaré cuando vengan las chicas.
-No hace falta amor. De cualquier manera, en cuanto tenga un rato, te vendré a ver.
-No es por mí, Dani. Es por mis nenas. Quiero que la disfruten como yo… ¡y que sepan que es la felicidad!
-Gracias tesoro. ¡Sos un amor total! - Nos chuponeamos ardientemente y me fui. No quedaba otra.
Fui ...

... directamente a la de Paula a descansar, dormir en serio, para luego volver a la fábrica. El trabajo había que hacerlo si o si.
Cuando me levanté, a eso de las 10 y media, Paula y Sofía estaban en el banco del jardín.
-¿Qué tal la pasaste con Sara? – Esa fue Sofía.
-¿No te pescó el comisario? ¡Jajaja!
¡Ya lo saben!
-Acá se sabe todo… - Sonreí…, no podía hacer otra cosa…, además todo había ido muy bien… - Si se entera el marido…
-¡Jajaja! El marido siempre es el último en enterarse, aquí y en todas partes…
-¿Vos no tenés que estar en la escuela? – Me dirigí a Sofía.
-Me cubre Lucía…, con un compromiso. Está mañana está ella; a la tarde iré yo…, y nos alternamos con vos…….
-¡Jajaja! ¡Y yo con ambas! ¡Sino no hay cama! ¡Jajaja! – Paula se prendía en todas.
-¡Te voy a arruinar el colchón!
-No papito. Está perfectamente protegido por un film que lo cubre totalmente. No te das cuenta porque el film está cubierto por una malta y luego dos sabanas. Tus hembras y vos mojan todo menos el colchón.
-Bueno Sofi…, no perdamos tiempo, vamos…
-Esperá, hay una invitada…
-¿Paula viene?
-No es Paula…, es tu fantasía y berretín…
Y apareció. La había visto en séptimo. Se destaca notablemente. Pelirroja, pecosa, alta, labios mamadores, ojos de miel, tan estrecha de cintura como generosa de caderas, piernas de bailarina, incipientes pechos como pequeños limoncitos, pezones tan grandes e hirientes como los limoncitos, duraznito de exposición, y la mejor y más cariñosa sonrisa del mundo. ...