SIN EL MENOR DESPERDICIO - Relatos Eróticos

SIN EL MENOR DESPERDICIO

... Lo único que me importaba es a quien cogería primero…
-Es que… conozco a mi hija…, cuando está ansiosa…
-¡Jajaja! ¡Mami tiene razón! ¡Estoy caliente…, y quiero ser la primera…!
-¿La primera? – Sabía la “primera” de qué…, pero me hice el gil. Todavía no sé qué opina la mamá.
	La mamá, Francesca, se sentó frente a nosotros.
-Dani…, ¿te molesta que te tuteé?
-En absoluto…, me agrada viniendo de vos… - ¡No podía decir otra cosa!
	Francesca es una muy atractiva mujer de unos treinta y pico, bastante alta, sobre todo cuando está con tacones, como en este momento, que supera mi 1,86. ¡Me es fácil calcular que un 69 sería perfecto! Unas atractivas caderas acompañan un culo excelente para enancar, todo lo cual enorgullecen a una estética cintura. El vestido de tirantes que luce, resalta con su ajuste, las erectas tetas, por demás interesantes, no creo que abarcables con una mano completa, desde el pulgar al índice. El escote permite ocultar desde las areolas hacia la mitad inferior de los melones. Sin duda, el corpiño no permite encantarme con los pezones…, pero no tengo porque suponer que no pueden llegar a estar duros y erectos. Las piernas descienden desde muslos perfectos, sin duda y, además, tiene un hermoso rostro de húmedos y golosos labios, largas pestañas y cabello color miel…, por lo que supongo que los vellos púbicos de ese tono deben atraer como imán.  
-¡Esta mocosita está desesperada…! - Francesca me miraba sonriente. ¿Ella cómo estará? – Supongo que vos sabés ...

... como es la cosa en este pueblo. El comisario las desvirga cuando entran a segundo grado… y…, bueno…, la mayoría se quedan con ganas.
-¡Yo no me quedé con ganas! ¡Me dieron ganas cuando conocí a Dani y todas las chicas dicen que lo hace muy rico…, ¡y que te envía al paraíso! ¡Quiero eso! 
-Perdoná que esta loquita sea tan grosera…
-No, para nada grosera… ¡Teresa es un amor total… y hermosa…, como la mamá…!
-¡Ay Dani! ¡Qué galante! ¡Con razón todas te quieren! No podré hacer otra cosa… que “quererte” yo también. – Ese “quererte” estaba diciendo “cogerte”. - ¡Tenés dos “adoratrices…” ¡Jajaja!
-¡Será un placer total! 
-¡Sin duda…, y además…, me gustaría mucho que vos fueras quien desvirgue a Teresita del culito… ¿qué te parece?
-¡Si, si! ¡Mamita! ¡Si! ¡Qué Dani me la meta por el culito! ¡Eso, qué lindo!
-Bueno tesorito, ponete en cuatro… - Mamá Francesca le da las indicaciones.
-Pero…, digo yo, perdoná, pero no quiero hacerle daño…
-¿Por qué le vas a hacer daño?
-Es que…, si no hay una preparación previa…, bueno…, la penetración de la pija la puede lastimar…
-No te preocupés. Hace varios días…, justamente, desde que vos estás en el pueblo, que yo le preparo el culito…, pues quería que vos hicieras… eso…, desvirgarle el culo… ¿Te gustaría?
-¡Si, claro! ¡Ahora mismo! – Me levanté y me puse tras Teresita.
-Metesela poquito a poco… - Mamita está atenta.
-Claro…, no va a doler… - Teresita es un amor…, siempre sonriente…, gozando de la pija en cualquier agujero…
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