SIN EL MENOR DESPERDICIO - Relatos Eróticos

SIN EL MENOR DESPERDICIO

... glande en el esfínter y empuje…
-¡Qué rico Dani! – Teresita siempre contenta.
-¿Te gusta mi amor? – Francesca está más preocupada que yo. 
-Si mamita. ¡Es muy rico como coge Dani! – Teresa siempre gozosa.
-¡Me alegra tanto que seas feliz! – Francesca comparte el placer de su hija. Se acerca a mi oído. – ¿Luego… me la das a mí?
-¡Por supuesto! - ¡Totalmente de acuerdo!
-¿Qué cosa Dani? – Tere escuchó algo.
-Le pedí a Dani que luego me la meta a mí… - Francesca no oculta nada.
-¡Si mamita! ¡Te gustará mucho! – Teresita no dejaba de sonreír y estar contenta. Nada que ver con esas minas que ponen cara de sufrimiento. - ¡Es tan rico tener a Dani adentro!
	El culito de la nena se adaptó perfectamente. La mamá la había preparado muy bien. Yo, parado al costado de la cama, bombeaba suavemente, para sentir bien cómo se desliza la pija por el recto. Unos chirlos acompañan el bombeo…
-¡Así papito! ¡Cómo te siento deslizarse por mi culito! ¡Es tan rico!
	¡Qué lindo es hacerlo con Teresita! Siempre tan contenta. Francesca se coloca de espalda, justo con la concha a la altura de teresa, para que esta la chupe. Lo que le hace Tere a la mamá me alentó a hacer lo mismo. Se la saco un momentito…
-¡No! ¿Por qué me la sacás!?
-¡Porque quiero hacer esto! – Me agacho para chuparla. 
-¡Aaahhh! ¡También es rico! – Teresita está de acuerdo con todo.
-¡No te olvidés de mí! – Francesca vio el cambio que hice.
-Para nada…, en seguida estoy con vos… - En esos momentos, justamente, ...

... Teresita tuvo su orgasmo. ¡Una suerte tener mi boca en su concha! ¡Tragué todo el juguito!
-¡Papito! ¡Qué rico que me chupás! ¡También me gusta! ¡Como cuando tengo tu pija adentro! ¡Todo tan lindo! – Teresa es toda alegría, gemidos, grititos de placer, risas… -
¡No me acabés en la concha! ¡Quiero chupártela para tomarme la lechita!
	Es una cogedora excepcional, siendo tan pequeña. Brinda todos sus agujeros con una sonrisa y goza de todo tipo de penetración. ¡Es para tenerla día y noche! 
	Luego de un par de nuevos orgasmos, acompañado, uno de ellos, por el de su madre, generado por su exquisita chupada de concha, Teresita sintió como palpitó mi pija.
-¿Te está por venir? ¡Acabame en la boca! – Saltó como resorte y se arrodilló entre mis piernas. Había tomado la pija introduciéndosela en la boca. ¡Justo! ¡Qué precisión! En dos segundos le descargué cuatro chicotazos de espesos grumos. ¡Tragó con su mejor sonrisa!
	Me tiré sobre la cama. ¡Me habían “desarmado”! Tengo que recuperarme para satisfacer a Francesca. ¡La Tana se merece lo mejor!

	Será o no será…, aun cuando creo que lo es; no sé si inglés, pero soy un caballero… Yo había dormitado algo así como una hora, cuando, luego de ponerme al tanto de que, en realidad, no estaba en mi habitación, sino en la casa de Francesca y Teresa, me levanté, fui a la sala, donde estaba Teresa con unos cuadernos sobre la mesa. Y le pedí que me indicara donde está el baño. Hacia allí fui, y luego de aligerar mis intestinos, suficientemente ...