DESPACITO Y SIN APURO - Relatos Eróticos

DESPACITO Y SIN APURO

... la casa de los “comunicadores”.
Un rato más tarde volvió medio apesadumbrada.
-¿Qué pasó? ¿No quisieron?
-No, no es eso. Lo que pasa es que estaba la mamá de Pancho y…, bueee…, ella lo dijo: “antes que otra cosa, quiero conocer a Dani, para ver si es un tipo serio”. Ella lo dijo…
-¡Jajaja! ¡Te quiere coger! – Teresa tiene la idea fija.
-Bueee…, si no hay más remedio… – Lo dije falsamente preocupado.
-Dice… que vayas…
-Si así lo quiere… - Me vestí, no me bañé – quiero “lucir” olor a sexo -, y fui hacia la casa de Pancho y María; en realidad la casa de Pancho y su mamá. María es su “socia”.
Tal como me dijeron me recibió la señora Giuseppina, otra tana, tan buena como Francesca, con soberanísimas tetas y espectacular culo…, de unos 50, más o menos, con un cuerpazo súper voluptuoso. 
Negro cabello, supongo con un tratamiento contra canas, dado que no se las veía…, dos trenzas criollas, que llegaban hasta la cintura, al comenzar los opulentos glúteos. Rostro sin arrugas, con la piel todavía joven, enormes ojos color vino tinto, nariz recta, labios generosos y mentón que remataba un rostro ovalado de altos pómulos. ¡Hermosa tana acriollada!
¡Me imagino los rollitos para morder! De sólo pensarlo…, y verlos…, sobre la ropa…, claro, ¡se me para la pija! Pero no trato de disimular. Que sepa lo que le espera…
-Un placer señora…
-Un gran gusto Dani. Hace varios días que quería conocerlo; muchas mujeres del pueblo hablan de usted…
-Espero que sea buena opinión…
-Todas ...

... opinan maravillas de usted…, y sé que… tiene algunas ideas para mi hijo y su “socia…” - ¿Socia? ¡La mujer del chacarero!
-Bueee…, no sé si quieren…
-Si les digo que quieran… van a querer…
-Y… ¿qué quiere usted?
-¿Ahora?
-Si…, bueee…, ahora…
-Quisiera…, quisiera…, bueee…, complacerlo…
-También quisiera complacerla… ¡es tan hermosa! ¡Se merece todo lo que quiera!
-Yo…, bueno…, no quiero ser demasiado atrevida…, - La gordita se bambolea para destacar sus tetas… - pero…, me gustaría… lo que usted se merece…  
-Bueno…, entonces el atrevido soy yo… ¡Quisiera besarle los pezones! – Le apreté ambas tetas, sobre la ropa…
-¡Ay Dani! ¡Me confunde! – Giuseppina puso sus exuberantes tetas contra mi pecho.
-Con vos no se puede esperar… ¡me das muchas ganas! – Ocupé totalmente mis manos con sus melones. - ¡Sos tan voluptuosa!
-¿Te parece? – Sonriendo se apretó contra mi cuerpo. Su boca a dos centímetros…
-¡Sin la menor duda! – El beso de lengua nos dejó sin aliento, y a Giuseppina sin su blusa ni su corpiño… Mientas le refregaba el bulto en su pelvis, ella desabrochaba mi cinturón… Todavía el pantalón ocupaba su lugar.
-¡Me gusta que quieras comprobar urgentemente mi voluptuosidad!
-Seguro, ahora mismo…
-Vení… - Me guía…, supongo que hacia la cama. Me coloqué a su espalda y le tomé las tetas. 
Apoyé la carpa del bulto entre sus glúteos y, caminando así, a lo soldado, fuimos a la salita donde hay un gran sillón de tres cuerpos. Esta Tana también es decidida. Me sentó con un leve ...