1. AGUJEROS PARA ELEJIR


    Fecha: 20/04/2025, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Fui al local desde donde transmitía la “difusora”, que no era otra que la vivienda de Giuseppina, la madre de Pancho, quien se ocupa de llevar adelante, junto a María, la actividad de la misma. Tal como sucedía oportuna y “casualmente”, las mujeres de ese pueblo, en la pampa gringa, tal como lo expliqué anteriormente, son muy propicias a manifestar el deseo de “diversión” que, según reiteradas manifestaciones, suelen ser sexuales, según lo expresan sin drama ni conflicto. Ninguna deja de casarse, en general muy jóvenes, con opulentos chacareros, con 200 o 300, por lo menos, hectáreas de campo, lo que, en tierras tan fértiles, significa mucho…, pero mucho… dinero… Por supuesto, hay algunos con más, mucho más…, pero esta gente no vive ni trabaja en el campo, y su mundo está ligado a lo urbano y a la riqueza.
    En el noventa por ciento de los casos, las jóvenes, tan prósperamente casadas, prefieren vivir en el pueblo, antes que vegetar en el medio de la nada… ¡De la nada para ellas! Pues…, el caso es… que no tienen ninguna posibilidad de socializar con congéneres, lo que…, sin duda, hace a la vida extremadamente aburrida… Además, por si fuera poco…, las hacen proclives a ser “utilizadas” en tareas “campesinas”, cosa para lo cual, no están para nada interesadas, pues, sin dar más vueltas, fueron casadas como un buen negocio para sus padres, también, en general, propietarios de buena cantidad de hectáreas…
    Todo este introito es para que aclarar que no soy ningún mujeriego o ...
    ... semental. Solo me propongo no hacer demasiado aburrida mi estadía en un lugar al que me mandaron mis patrones por ser recién recibido e ingresado a la empresa de ingeniería. “Premio de iniciación” me dijeron… Pues bien… ¡APROVECHEMOS! ¡Al pueblo no lo inventé yo!
    Y allí estaba con María, chupándole la concha…, una de las mujeres más hermosas que he visto en mi vida…, que no es mucho, por otra parte. Como dije – ¿lo dije? – tiene unos 32-33 años, cabello lacio, castaño claro, más o menos de 1,70 de alto, comparándola conmigo, bastante alta, pues estaba sin tacos, tetas grandes, firmes y duras, culo…, una maravilla, entre durazno y corazón. Cuando la hice acabar, la abracé desde atrás, apoyando el palo entre los glúteos, y tomando las tetas de duros pezones. La besé en el cuello y le dije al oído: “No haremos nada que no quieras hacer”. Giró la cabeza y me dijo: “Gracias”.
    María está sorprendentemente excitada, más de lo que hubiera supuesto. Cuando la puse nuevamente frente a mí, apretándole la pancita, bajo el ombligo, con el fierro que tengo por pija en estos casos, su lengua juega con la mía como en una lucha libre; una de sus manos acariciaba mi espalda, la otra acariciaba la pija. Yo tengo las mías, una en cada nalga, apretando contra mí.
    	No sé si por celos o porque el espectáculo le dio más ganas, Giuseppina pegó el grito: “¡no se olviden de mí!”.
    	Yo no quiero arruinar el momento, ni causarle malestar a la Tana. ¡Se portó tan bien conmigo! Pero la calidez de María, la ...
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