AGUJEROS PARA ELEJIR - Relatos Eróticos

AGUJEROS PARA ELEJIR

... y duros pezones. Los mordisqueos, los beso y los chupo. Mientras acaricio sus piernas, levantando la pollera, María busca bajar el pantalón y el bóxer, dejando la pija, absolutamente al palo, expuesta a la “inclemencias del tiempo”. María se acuclilla diligentemente y se la mete en la boca, chupando con fruición. No sé de su experiencia, pero lo hace muy bien, recorriendo con su lengüita desde el glande, todo el resto del tronco que “arropa” en su boquita. Pronto me tiene al borde del orgasmo. 
-¡Parate, por favor, dame tiempo! ¡Sos demasiado deseable! ¡No quiero acabar tan pronto! ¡Quiero movértela adentro!
	Una vez parada, termino de desnudarla. No me detengo demasiado a admirar su cuerpo; ya lo había hecho en lo de Giuseppina.
Sus carnosos labios están brillosos. Me arrodillo y me dedico a chuparle la concha con máxima dedicación, mientras, al tomarla de los glúteos, aprovecho a buscar con mis dedos su orificio, el cual agasajo con el mayor y el índice. María deja hacer, totalmente relajada y gozosa. Siento sus suspiros y gemidos que me anuncian un silente orgasmo, propio de su relajada actitud que, de todas maneras, me llena la boca de sus cálidos y semi ácidos fluidos.
Estando ambos ya totalmente desnudos, nos enfrascamos en ardientes besos y ardorosas caricias. Parados, al pie de la cama, gozamos mutuamente de nuestra piel y nuestros órganos. No hay palabras; solamente besos y caricias. No necesito palabras para indicarle que se ponga en cuatro sobre la cama, en el ...

... borde, para que yo pueda introducirme en sus portalones al paraíso.
	Tomo la pija por el tronco y busco entre los labios mayores la llegada al orificio vaginal. Ubicado el glande, penetro suavemente, gozando del deslizamiento en el terciopelo del túnel del amor… Me quedo unos segundos sin moverme. María trata de oprimir… De esa manera la sensación es mayor. 
-¡Papito! ¡Por favor! ¡Metemela! – María está ansiosa… ¡Es lo que yo quería!
	¡Está dicho! La penetro hasta el fondo de un solo movimiento. 
-¡Aaahhh! ¡Asííí! ¡Siííí! ¡Eso es lo rico! – María apoya su pecho y su cabeza en la almohada. El bombeo es mutuo. Curvo mi espalda hacia adelante, ella recula con energía. El choque entre mi pelvis y sus glúteos es un ¡plaf! ¡plaf! ¡plaf! que retumba en la habitación… Ojalá lo escuchen Paula y Sofía quienes, sin duda, deben estar sentadas en el patio… ¡Nada más que una picardía para que se calienten mis amigas! Seguimos con el mete-saca mutuo, algo así como 15 minutos, con un par de orgasmos por parte de María…, y mi “desesperado” intento de no acabar… todavía. Mi intento no es solamente estar en condiciones de horadarle el culo, sino de llegar también a su boca. Lo cual es toda una estupidez de mi parte… ¡pues tenemos toda la noche!
	Luego de su tercer orgasmo, con increíble cantidad de jugos…, un poco por mi propia “sobrevida” le hablo a María…
-¡Querés que durmamos un ratito?
-¡Papito! ¡Mi amor! ¡Quiero que me abrás el culito!
-¡Ya mismo! – Busqué el gel y le unté el culo, ...