AGUJEROS VARIABLES - Relatos Eróticos

AGUJEROS VARIABLES

... y dicharacheras.
-¡Están entusiasmadas! ¡Dicen que al fin se van a olvidar del comisario! – Como para que las nenas vayan aprendiendo, Luci me besó en la boca y me acarició el bulto, absolutamente al palo, con total entrega al deseo que me provocan esas criaturas. Luci sonrió cuando me lo agarró.
-¡Las nenas estarán súper contentas! – Me volvió a besar. – Bueno…, nos vemos esta tarde. ¡Portensé bien, chicas!
-¡Si seño! – Ambas al unísono.
	Tenía que comenzar de alguna manera. Me puse atrás de Patricia y se la apoyé entre los paraditos glúteos. La tomé de la cintura y la apreté contra mí. Giró su rostro y me sonrió. Soledad mira anhelante. Patricia movió el culito hacia uno y otro lado, con todo el intento de sentir el palo más intensamente. 
-Ay, ingeniero, usted tiene algo muy duro contra mi colita… - Se aprieta más todavía. ¡Si no hubiera ropa ya estaría adentro! 
–Vení Sole, mi amor, ponete acá. – Soledad se pone al lado de su compañerita, marcando el culito hacia mi cadera. Giro un poquito y se la apoyo a ella. Fui más directo: levanté su pollerita escolar, le corrí la bombachita y le apliqué la pija, descubierta, en la zanja de los glúteos. ¡Los últimos serán los primeros!
-¡Si! ¡Qué duro! ¡Es un misil! – Hasta allí llegan las noticias bélicas. 
Sole parece más decidida. Va con sus manos a mi cintura.
-Como quieras tesoro…; bájame los pantalones. – Ambas se complementan. Una con el cinto, otra con la bragueta; una con el pantalón, la otra con el bóxer, una ...

... con las zapatillas, la otra con las medias. En dos segundos quedé desnudo de la cintura para abajo.
-¡Dios, qué grande! – Los ojos de Patricia son dos monedas.
-¡Hermosa! – Soledad tiene opinión estética. - ¿Y eso nos lo vas a meter adentro?
-¿No dolerá? – Patricia parece preocupada.
-No sentirán ningún dolor…, para nada… - Las pequeñas sabían muy bien de qué va la cosa…, y están dispuestas… ¡aunque duela! No cabe duda que Sofía y Lucía son grandes docentes… 
	Me senté en el borde de la cama. Me estaba sacando la remera cuando siento algunos dedos toqueteando la pija. ¡Las nenas están gozosas! Sus manitas tratan de tomarla y acariciarla. 
-La seño me dijo que es grande y linda…, ¡pero no sabía que tanto! – Patricia levanta la cabecita y me mira sonriente. 
-¡Sííí! Me dijo que era rica, que la podía besar y lamer… ¡qué me iba a gustar! – Soledad me acaricia el glande con la lengüita. - ¡Es rica! ¿Qué es ese juguito?
-Eso sale…, porque es lindo jugar con ustedes. Quiere decir que mi pija está muy contenta. – Soy todo lo guarro posible. ¡Así le contarán a las “seños”!
	Patricia se arrodilla frente a mi entrepierna y toma, en todo lo posible, con ambas manos, la pija, y comienza a acariciarla, de arriba hacia abajo y a la inversa. Yo no tengo prepucio, así que el glande siempre está descubierto, rosado y húmedo. La nena está encantada. Acerca su boca y pasa la lengua, lamiendo…
-¡Sole! ¡Es riquísima! ¡Vení probá! – Su compañerita ya está lamiendo el tronco. Patricia se ...