Mis dos familias - 04 de 10
Fecha: 28/12/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... digamos. -Don no hablaba, solamente me miraba preocupado.
Levanté la vista y le miré suplicándole su ayuda, y reaccionó como él sabe hacer.
-Lara, por favor, quizá Telmo tenga razón, le estamos sometiendo a una dura presión.
-¿Te pones de su parte? -mamá tenía dos problemas que resolver en este momento, limpiarse lo que le había caído mojando una servilleta en su vaso y querer sacar adelante su punto de vista.
-Voy a cambiarme de blusa, ahora vuelvo. -casi tiró la silla y dejó caer la servilleta al suelo que la chica recogió cambiándola por otra limpia.
-Don, necesito verlo, ayúdame o me volveré loco. -se colocó el dedo sobre los labios pidiéndome silencio porque mi madre volvía. Al parecer había reflexionado y me sorprendió su decisión.
-No voy a poder luchar contra los dos, de acuerdo, lo verás, pero no vamos a renunciar a ti de ninguna manera. -sentí una enorme liberación y suspiré aliviado, hablaríamos y luego tomaría una decisión aparte de lo que legalmente decidiera el juez.
Transcurrieron dos largos meses más en sus negociaciones y de momento volví a la normalidad más o menos. Mi padre se desplazaría desde donde vivía y trabajaba, a mil kilómetros de distancia, más de ocho horas de viaje en coche y me dejarían pasar un fin de semana solos los dos.
Habían quedado en entregarme en el hotel donde se hospedaría, mi madre no quiso estar en el encuentro y fue Don el que asumió la obligación de entregarme a quien para él era un extraño. Mi padre nos ...
... esperaba en una cafetería del hotel y Don llevaba en la mano una mochila, con la ropa que necesitaría para pasar una noche y dos días fuera de casa.
Me dio la impresión de que se estableció una lucha entre ellos, por la forma como se miraban deseando afirmar cada uno sus derechos, y me fijé en mi padre, no había cambiado tanto, para él y a su edad, ahora tenía treinta y dos años o treinta y tres, diez menos que Don, pero como digo, parecía el mismo muchacho que jugaba siendo un niño con su hijo.
Entonces sentí, por su mirada, que no había cambiado nada por dentro en sus sentimientos hacia mi, no hizo intención de abrazarme, y yo deseaba en algunos momentos lanzarme a su cuello y besarle, aunque ya me sentía muy mayor para esas manifestaciones de cariño.
-Fernando el…, bueno el marido de Lara, ella no ha podido venir. -iba a auto proclamarse mi padre y supo contenerse a tiempo.
-Javier, encantado de conocerte en persona. -y se dieron la mano un instante tan solo.
-¿Qué deseáis tomar? -a todo esto solo hablaban ellos y yo los miraba, tan diferentes físicamente y tan parecidos en su amor hacia mi.
-Creo que es mejor que os deje solos, tendréis muchas cosas que deciros. -me acarició la cabeza y se iba a marchar pero yo me abracé a él.
-Gracias Don.
-Te recogeré mañana a la tarde en este mismo lugar. Pásalo bien. -y se alejó dejándonos solos. Javier me miraba insistentemente, pasaba la mirada desde mi cabeza a los brillantes zapatos.
-Estás diferente, ya ...