Mis dos familias - 04 de 10
Fecha: 28/12/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... eres todo un hombrecito y precioso como siempre has sido. -no se movía solo me miraba buscando rasgos que el recordara de mi niñez.
-¿Puedo abrazarte? -antes de que le dijera que sí, me tenía contra su pecho apretándome a él tan fuerte como aquella vez, todo volvía a repetirse, también yo le abrazaba y lloraba, seis años perdidos… ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?
-Cuéntame de tu vida, ¿eres feliz?, ¿te tratan bien? Seguro que ya tienes hasta novia, ¿qué digo? Será un montón de chicas las que vayan detrás de ti. -no podía hablar y solo lo miraba mientras limpiaba mis lágrimas. Me había pedido un zumo de naranja y estaba entero y sin probar sobre la mesa.
-Papá, estás más viejo. -eso hizo que comenzara a reír.
-Pero aún puedo contigo y te llevaré en mis hombros.
-Ya soy mayor para eso, ¿no me ves? -se dio cuenta de que le reclamaba los seis años perdidos.
-Lo siento Telmo, no pude cumplir mi promesa, la vida resultó difícil, he trabajado duro para poderte ofrecer algo un día, no intento justificarme hijo, pero te quiero y nunca he dejado de hacerlo.
Y entonces supe, por su boca y en directo, lo dura que la vida había sido para él estos años cuando yo lo tenía todo. Había pasado hambre, no quiso quedarse a vivir con sus padres, mis abuelos, y depender de ellos. Trabajando en cantidades de oficios diferentes, mal pagados, simplemente para comer, en trabajos miserables en muchas ciudades diferentes sin que su vida cambiara a mejor.
En el sur conoció a Luz ...
... María, una camarera de hotel, madre soltera y con dos hijos de diferentes hombres, trabajadora incansable había dejado a sus hijos en Colombia y buscaba una forma de mejorarles la vida y traerlos con ella, tenía su casita, pequeña, y estaba a punto de realizar sus sueños y traer a sus hijos.
En una fiesta de playa comenzaron a hablar y surgió la chispa, primero la necesidad carnal de ambos, terminando por vivir juntos y luego el amor que ya creían imposible de hallar.
En poco tiempo habían alquilado un viejo restaurante de playa, propiedad de una amistad de Luz María, un antiguo jefe que había cerrado el negocio, un viejo caserón con terrazas a la arena, lo arreglaron y empezaron a trabajar. Esfuerzo, sacrificio y el conocimiento de aquella chica hicieron que prosperaran.
Trajeron a sus hijos, Diego dos años mayor que yo y Sandra Patricia de mi edad, dos personas más para ayudar en lo que pudieran, ahora el restaurante era suyo, no eran millonarios ni ricos como Don, pero vivían contentos y satisfechos con lo que habían conseguido, en las temporadas altas de turismo tenían que recurrir a contratar personal temporal además de los que tenían en plantilla.
Notaba, por su forma de hablar, lo que quería a su nueva familia y lo orgulloso que se sentía de ellos. Ya, de aquella conversación, me quedó claro una cosa, él tenía su familia sus vivencias, y yo la mía.
Había reservado una habitación en el hotel para mi solo, me hubiera gustado estar a su lado, sentirlo más ...