1. EL COMIENZO DEL PRINCIPIO


    Fecha: 15/05/2025, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... las oportunidades que tuve!
    En principio, fue un angelito del pre escolar, vecinita…, y su mami muy amiga de mi mamá. ¡Tenían algo en común! Sus maridos…, o sea mi padre y el padre de la nena, viajaban permanentemente por razones de trabajo. Tanto yo como mi vecinita –así me lo contó en una oportunidad-, descubrimos que nuestras madres eran muy…, pero muy atentas con el sodero…, un tipo de unos 30, con buen lomo y apreciable buen rostro… 
    Hace el reparto a la mañana, cuando yo estoy en la escuela y Miriam, la nena, en pre escolar… Pero…, bueeee…, ella un día…, de entrega de soda…, no fue a la escuela porque le dolía la panza…, y la mamá no pudo dejar de “atender” al sodero… En definitiva, por eso, y por conversaciones que escuchó entre su madre y la mía, se enteró de que ambas eran muy bien atendidas en la “entrega de soda…”
    Pero eso no fue lo importante para mí. Éramos vecinos, y tanto lo éramos, que nuestros padres, que tanto tiempo permanecían lejanos, abrieron un paso entre ambas viviendas, en el fondo, en el alambrado que nos separaba, y entonces la mayoría de las tardes, cuando nuestra vivienda tamizaba el sol, Miriam y su mamá venían a nuestro patio…, o mi madre iba para allá…
    Por supuesto que yo no me dedicaba al mate, pero varias veces acompañaba a mi madre en sus charlas con la vecina…, más joven y esplendorosamente buenorra…, con exuberantes tetas y culo…, quien además venía con su nena.
    La segunda o tercera vez que acompañé a mi madre en las charlas con ...
    ... la vecina, más que nada para apreciar su culo y su escote, que libraban a la vista por lo menos el 60 por ciento de las tetas…, dado que estaba con un camisón o algo parecido de entrecasa, apareció la nena quien, inmediatamente, sin siquiera haberme visto antes –eso suponía, aunque luego me confirmó que me seguía con la vista cada vez que me veía-, se sentó en mi falda…
    Dos o tres veces así…, con silenciosos e intencionados movimientos de culito… 
    La cosa fue que no quise aflojar a la tentación…, así que me levanté, dejé a la nena y me fui a mi dormitorio, donde tenía los elementos de estudio, mesa de dibujo incluida, y me puse a estudiar o hacer los planos correspondientes…
    ¡No duró mucho! Al segundo o tercer día de reunión matera –matera y materna-, apareció mi mamá con la nena. 
    -Miriam quiere estar con vos…; dice que con nosotras se aburre…, así que entretenerla…
    ¡No me queda otra! Saqué las revistas de historietas que prolijamente tenía guardadas y se las alcancé, luego de recomendarle que las cuidara, y de sentarla en el borde de la cama. Miriam no leía, pero se las rebuscaba. Las dos primeras semanas se entretuvo con las revistas. Yo podía dibujar tranquilo…, hasta que ocurrió lo imprevisto…
    Si alguien me hubiera preguntado donde tenía “esas revistas” me hubiera acordado, pero no en ese momento. Fue cuando Miriam me mostró una abierta completa, ambas páginas… ¡Una joven pareja en bolas, con la pija enterrada hasta el fondo y el pibe sobándole las tetas a la ...
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