La amorosa hija (Parte 8)
Fecha: 10/08/2017,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos
Al llegar a la boda, el grupo fue recibido por un encargado de valet, que no pudo quitar su vista de Anne. Estela se dio cuenta. Cuando Anne pasó junto a ella, le dijo al oído “pareces ramera elegante”.
Anne la ignoró. La guerra estaba declarada.
Pasaron de inmediato al elegante salón de eventos, donde fueron recibidos por las parejas anfitrionas, resaltando lo hermosa que se veía Anne, cuanto extrañaban a doña Emilia, lo bien que estaba don Tomás, y lamentaron que Raúl no los hubiera podido acompañar. Fueron objeto de un trato extremadamente amable por parte de los agradecidos anfitriones de que los hubieran acompañado de tan lejos.
Los halagos hacia Anne y don Tomás estaban por doquier, especialmente cuando bailaron durante un buen rato. Estela sentía furia cada vez que alguien le comentaba sobre la apuesta pareja de padre e hija.
Estela, en su mesa con Mark, observaba notoriamente molesta ver lo galán que su papi se comportaba con su hermana, como si la estuviera cortejando ni más ni menos.
“Qué guapa se ve tu hermana y que bien se ve tu papá bailando con ella”, dijo Mark a Estela, haciéndola endurecer su expresión. Le dio un trago a su agua mineral con hielo y se volteó hacia su esposo: “¿Se te hace, querido? Se me hace un poco pasadita de kilos”, agregó. “Como que se le nota la pancita y las llantitas con ese vestido de… noche, que trae puesto”. Seguramente iba a decir “puta”, a pesar de la exquisitez y buen gusto del atuendo.
“Mark, amorcito, yo creo ...
... que papi y Anne son amantes”, dijo Estela a su esposo. “Tenemos que hacer algo al respecto, es nuestra obligación salvarlos, al menos a él”.
Mark quedó en silencio, asintiendo con su cabeza, aunque sospechaba algo malo por la actitud de su mujer de tiempo atrás.
Mark notaba en la expresión y el tono de voz de su esposa inconformidad o rechazo hacia Anne de un tiempo atrás, más nunca se atrevió a preguntar. Por lo que su mujer comentaba, Mark pensaba que la relación entre Anne y Tomás era especial, demasiado especial, quizá hasta incestuosa, pero jamás se lo pensaba comentar a Estela. Qué bueno que fue ella la que sacó el tema.
Estela y Mark no perdieron detalle de papi y Anne.
“Nos están observando mucho aquellos”, susurró Anne al oído de Tomás mientras bailaban, “y han estado cuchicheando entre ellos. Te puedo apostar que hablan de nosotros papi”.
“Si, me he dado cuenta”, contestó Tomás. “Deberían de ponerse a bailar, mejor”.
Cuando se dirigían a la mesa, Estela y Mark pasaron a baila, claramente evadiéndolos.
Ya para despedirse, los padres de la novia y entrañables amigos recalcaron que Tomás estaba en su mejor momento y confesaron que esperaban verlo muy avejancado y se habían llevado la sorpresa de su vida, cosa que les había dado un gusto enorme. “Anne, bueno, ya sabemos que es una hermosura de niña que cuida muy bien de su padre”. Fue esto lo que detonó el coraje de Estela, sintiéndose ignorada.
Se apartó del grupo y le pidió al valet que trajera ...