PARTICULAR PROFESOR… PARTICULAR - Relatos Eróticos

PARTICULAR PROFESOR… PARTICULAR

Pasaron seis meses y no tuve ningún nuevo destino provinciano…, pero sí trabajo. De cualquier manera, eso es suerte: ¡tener trabajo…! No tengo que mantener a nadie, vivo solo, mi familia no tiene problemas económicos y puede prescindir de mí. Cada moneda es para mí “divertimento…”, y de la amiga que en ese momento esté a tiro…

Dado que llegaba a mi dpto. a las 5 de la tarde, tenía varias horas de aburrimiento hasta la cena, que está preparada por la señora que viene a limpiar y ordenar tres veces por semana… Amablemente me deja comida durante toda la semana. 
Los martes y jueves voy al gimnasio, nada más que para estirar los músculos un poco, y los lunes miércoles y viernes…, sin tener otra cosa que hacer, más allá de salir tres o cuatro veces por semana con alguna amiga a refregarnos en algún telo, o en las mutuas viviendas, o donde sea…, dependiendo de la oportunidad, decidí dedicarme a ayudar o preparar alumnos del secundario en materias técnicas, si las hubieran, o matemática y física, en forma general para cualquier especialidad…, así que podía tener alumnos de técnica, comercial, bachiller o liceo…, que de eso se trataba por aquella “remota” época, donde ni teléfono celular había…
La cosa es que decidí aprovechar esas horas, tres veces por semana, para dar clases particulares de materias técnicas para el secundario, lunes miércoles y viernes de 18 a 19:30 horas. Lo publicité en los comercios del barrio, y puse cartelitos en postes y árboles. 
No había demasiado ...

... oferentes para eso, por ser exclusivamente para escuela técnica, así que decidí ampliarme hasta física y matemáticas para el secundario en general, cualquier especialidad. Sabía bastante sobre el tema. Quería ser serio y responsable. Así que no solamente serían tres días por semana, sino una hora y media por clase y no más de tres alumnos por sesión, a fin de atenderlos como corresponde. No lo hacía para ganar dinero, sino para no aburrirme y hacer algo útil.
Al principio, al ser para escuela técnica, no había demasiado oferentes, así que lo amplié para todo el secundario. Así fue que a las pocas semanas ya tenía los tres alumnos, tres días por semana, que pretendía. Al poco tiempo, dado la excelente prestación que tenía con los alumnos, fue creciendo la demanda, hasta el momento que tuve que rechazar algunos con todo el dolor del alma.
Los vecinos, y padres, de muchos de mis alumnos, me sugirieron que haga las clases de una hora solamente y que tenga dos sesiones por día. Al fin, estuve ocupado todas las horas de las tardes, desde las 5 y media hasta las 8, con solamente tres chicos por sesión de una hora y media, de 5 y media a 7, y de 7 a 8 y media, lunes miércoles y viernes. No más, a pesar de los pedidos. En general, por suerte, con dos o tres sesiones por alumno, obtenía lo que que querían, por lo cual la renovación era constante…
¡Y aquí comienza la bueno!
Mi interés no iba más allá de ocupar horas de aburrimiento, pero sin molestar a nadie y ayudar en lo posible a ...