HERMOSA TRABAJADORA LA TIENE DE ORO - Relatos Eróticos

HERMOSA TRABAJADORA LA TIENE DE ORO

... cogida tan hermosa! ¡No puedo dejar de correrme!
-¡Mi vida! ¡Todos estos años perdidos!
-Bueno… papito… ¡Lo recuperaremos de ahora en más… - Amalia se clavaba contra mi pelvis y acababa…, así, una tras otra… ¡Interminable! ¡El estremecimiento es constante! ¿Sabés papito? Me estaba masturbando mirando tu cama, pensando que estábamos cogiendo… ¡Al fin se dio!
-¡Mi amor! ¡Estoy a punto! – Efectivamente estaba por acabar. Me la apreté en la base para contenerme.
-¡Vení a mi boca! – Se arrodilló. Inmediatamente puse la pija entre sus tetas. ¡Tamaño genial para una cubana! ¡Arriba-abajo-arriba-abajo…! La gordita saca la lengua para acariciar el glande… 
-¡Ya vaaaaa! - Llevó la pija a su boca y los chicotazos de semen la llenaron. Tragó complacida, con una sonrisa y los ojos cerrados…
-¡Dani…, que rico! – Amalia se quedó varios minutos con la pija en la boca, acariciando con la lengua… - ¡Jajaja! Creo que ese gustito tan especial es de mi concha…
-¡Seguro mi amor! ¡Tenés sabor a jovencita! – No sé si eso es cierto…, pero es riquísima y la puso contenta.
-¡Papito! ¡Lástima que me tengo que ir!
-¡El viernes lo hacemos desde temprano!
-¡Y limpia Magoya! ¡Jajaja! – Amalia no terminaba con sus besos y sus caricias. - ¡Ay Dani! ¡Desde que vine a tu casa no hubo día que no le rogara al Señor, para que vos me adularas… para cogerme… ¡No te pensaba dejar entero!
-¡Te diste el gusto!
-¡Jajaja! ¡Gracias a vos! ¿O te pensás que me tragué lo de las manos en los genitales? 
-¡Me ...

... ganás en todas! 
Nos fuimos a duchar. Le dije a Amalia que por hoy no limpiara más…, y que la seguiríamos en los días venideros…
-¡Trataré de llegar media hora antes, papito! ¡Quiero darte el gusto! ¡Jajaja! – Me tomó la pija con la mano. - Soy una mentirosa… ¡quiero llegar antes para poder coger tranquila!
-¡Te espero a las siete y media, entonces!
-¡Dale, así será!

-¡Qué desgracia! ¿Por qué los hombres siempre quedamos más cansados que las mujeres? Ahora, yo sólo quiero dormir…
Me dormí pensando lo bueno que había sido el polvo con Amalia, y que esperaba que se repitiera con frecuencia. Después de los incidentes en esos pueblitos a los que “desgraciadamente” tuve que ir, no pasaba día que no tuviera ganas de horadar alguna conchita o algún culito. También añoraba a las dulces criaturas…
En los pueblos donde iba y a los pocos días desaparecía, no me importaba, y a las implicadas tampoco, andar de polvo en polvo con amigas, conocidas, madres o hijas… ¡Todo es parte de los escasos shows que se disfrutan en el pueblo! Pero en la ciudad donde vivo y es permanente mi estar, aunque voy y vengo…, no acostumbro, ni quiero acostumbrarme, andar de concha en concha. Prefiero situaciones estables y con cierto nivel de compromiso, aunque no signifique noviazgo y mucho menos casorio…, cosas que pongo en claro de entrada.
Así estaba, deseando el encuentro con Amalia, y llevarla nuevamente a una grata y divertida refregada. ¡Y fue puntual!
Con su amplísima y lisonjera sonrisa, Amalia ...