Pillada en bragas perdi mi dignidad - Relatos Eróticos

Pillada en bragas perdi mi dignidad

... medias picardías e incluso algún vestido sexy esto me proporcionaba sin darme cuenta una sensación de sobre excitación y aquellas tardes se convertían en fantásticas pajas. 

Todo aquello para un chaval de dieciocho años que escuchaba en más de una ocasión a qué matrimonio mantener relaciones sexuales y que ya a estas alturas usaba ropa femenina empezaba a ser una auténtica obsesión en mi sexualidad. 

Y como se suele decir va tanto el cántaro a la fuente que al final se rompe y pasó lo que tenía que pasar la mujer hecho en falta una de aquellas prendas . Entrando aquella mañana temprano en mi habitación. 


Margari: mira no te lo voy a preguntar dos veces últimamente me doy cuenta que mis cosas están movidas y noto en falta alguna cosa que luego por arte de magia parece qué sabes tú de eso. 

Sentí que me puse rojo como un tomate ella de pie ante la cama con aquel camisón que dejaba ver el color de sus bragas y aquellas majestuosas tetas balanceándose y mis ojos clavados en aquel cuerpo. 
Y sin tener valor para contestar a aquella pregunta tan simple ella tiró de las mantas pudiendo ver en aquel momento que aquella prenda que echaba de menos la llevaba puesta. 

Margari: qué explicación me das a esto te acogemos en casa para enseñarte y tratarte como fueses un hijo y tú te dedicas a mariconear qué crees que dirá mi marido cuando se entere. 

Comencé a llorar la vergüenza y el escándalo me vinieron a la cabeza y mientras sollozaba ella seguía hablando, oía su ...

... voz como lejana sin entender demasiado lo que me decía enfadada sí pero sin perder la compostura, me preguntó si era gay si me gustaban los hombres o mariquita en que me definía cuánto tiempo llevaba haciéndolo y cosas así todo seguido sin que yo supiese que contestarle. 

En el desayuno yo con la cabeza baja no era capaz siquiera de tragar y sentía un nudo en la garganta mientras ella seguía interrogándome y yo de vez en cuando contestaba con algún monosílabo. 

El día se hizo bastante largo ya que ella amenazaba con contárselo a su marido y yo no sabía la reacción de aquel , a final de la tarde cuando estaba a punto de venir él me dijo que de momento no se enteraría Ángel su marido. 

La noche la pasé más tranquilo y a la mañana siguiente mientras me estaba preparándome para desayunar entró Margari traía la mano unas bragas de color negro qué me los ofreció, no sé no entiendo todavía de que lo que vas pero estas las use ayer o sea que pontelas, la recogí de su mano mientras ella con los brazos cruzados seguía en la habitación. 

Margari: te he dicho que te las pongas o ahora tienes vergüenza de ponértelas. 

Me quité mi slip en el que se encontraba mi pene en estado de reposo cuando me vio desnudo comentó que no parecía tener mucho pene y que posiblemente por eso me gustase vestirme de chica. 

La sorpresa fue mayúscula para los dos mientras comenzaba a ponerme aquellas bragas y sentí que estaban con cierta humedad en la parte en contacto con la concha de aquella ...