Pillada en bragas perdi mi dignidad - Relatos Eróticos

Pillada en bragas perdi mi dignidad

... apoyase mis caderas y dirigir unas palabras casi al oído para decirme que realmente estaba muy apetecible. 

La cena era algo especial y transcurrió en buena armonía aunque a mí me estaba costando tragar la pareja hablaba sobre mí casi como si no estuviese y su comportamiento en la mesa era mucho más caliente y atrevido. 

Ya los postres había unos pasteles que comenzaron a compartir el matrimonio y Margari hizo lo propio conmigo. 

Yo sentía mi pene atrapado en aquellas braguitas y aparte de estar duro destilaba alguna gotita de líquido preseminal. 

Recogimos la mesa y nos fuimos al sofá donde yo quedé sentada en el medio de ambos. 

Ángel: qué tal te sientes Cristina estás asustada .....excitada......

Yo: no sé no sabría describirlo del todo nerviosa eso seguro. 

Ángel: en realidad todo esto es para que disfrutes de tu feminidad y te sientas realizada como chica y ya tendrás tiempo de ver si también te gustan las mujeres. 

Ahora sentía las manos de ambos acariciar mis piernas que se encontraban desnudas mi pene estaba completamente erecto el estado de excitación o nerviosismo era evidente las manos de ambos comenzaban a acariciarme mi cuerpo mientras las mías habían sido dirigidas a las entrepiernas de cada uno en la de Margari podía sentir el calor que desprendía su concha y en la de Ángel aquel bultó que estaba duro. 

La mujer se puso al otro lado del hombre y comenzó a besarlo mientras manoseaba su paquete con mi mano cogida, el hombre giró su ...

... cara hacia mí y comenzó a besarme suavemente la mejilla el cuello la oreja para acercarse a mis labios y comenzar a besarlos todo aquello sintiendo que estaba inmovilizada por la situación cuando su lengua se abrió paso en mi boca sentí aquella gruesa lengua y comencé a moverla como si toda la vida lo habría hecho primera vez me estaba avisando con alguien y era un hombre maduro de buen ver eso sí duró varios minutos no es el tiempo pero no me desagrado. 

Para entonces Margari tenía desabrochado el pantalón de su marido y podía apreciar un slip blanco con un buen bulto mi mano estaba depositada allí agarrándolos sintiéndolo pero a su vez en cierta medida aterrada 

La mujer le quitó los pantalones pudiendo ver ahora que el pequeño slip tenía encerrado un buen paquetón. 

La mujer se puso de rodillas en el suelo y sacó la prenda dios mío pensé cuando vi aquello era más grueso que cualquiera de los consoladores que había probado una cabeza moratada gorda un tronco venoso y completamente depilado con aquellas pelotas brillantes. 

Margari la sacudía como queriendo aumentar su tamaño y en aquel momento comenzó a pasarle la lengua como si fuese un helado como me había enseñado a mí y luego si lo introdujo entero en la boca algo increíble aquello era imposible que entrase en la boca pedía por lo menos 18 centímetros y más de 6 de diámetro. 

Margari: no crees cielo que aquí hay polla para dos qué tal si me ayudas.

El hombre sonreía haciéndose la idea de que yo también se ...