¿QUÉ HAY EN EL VOLGA?
Fecha: 05/07/2025,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... punto de entrar en el secundario.
Renata, tal su nombre, vestía una muy corta pollerita, supongo para estar a tono con mis intenciones. En cuanto se movía o agachaba, o caminaba, se veía su tanguita celeste con maripositas de colores…, y los cachetes totalmente expuestos. Supongo que la mamá la habrá aleccionado. No solamente, no cubría los glúteos, sino que, además, tiene cierta transparencia que permitía visualizar la zanjita entre las nalgas y en algunos momentos, la tierna carnecita de sus labios mayores. Creo que todo esto es idea de su calentona madre. En cuanto, Ximena nos dejó solos, pues eso habíamos arreglado, para ver cuál era la reacción de la nena ante un seductor adulto como yo, a quién recién conocía y que estaba totalmente dispuesto a cogérsela en cuanto tuviera ocasión. Luego de los primeros besos de recibimiento, en cálida mejilla y en la comisura de los labios, en cuanto Ximena se retiró, puse una de mis manos en su cintura, y con la otra le acaricié la cadera opuesta. Senté a la nena en el amplio sofá de la sala y con mi mano de la cintura fui a la piel del vientre que tiene descubierta, luciendo el hermoso ombliguito. Sin duda, será uno de los destinos de mi lengua. Renata, como al descuido, apoya su manito en mi muslo, a unos diez centímetros de la rodilla…, apuntando hacia mi entrepierna. Como estamos en el sofá, sentados, no hay demasiadas posibilidades de tomarle los glúteos, pero Renata tiene sus soluciones… ¡Cambió glúteos por jamones! Y mi ...
... mano fue a su muslo, a cinco centímetros del pubis… ¡Ya estaba cerca! La otra mano se “sostenía” sobre su cadera. Ella se inclina hacia mí y… la mano desde su cadera baja a su glúteo. Lo apreté. Renata giró la cabeza y me sonrió…, llevando su mano, desde la mitad del muslo… hacia la entrepierna… ¡sólo “un tranco de pollo” a mi bulto! ¡Qué no disimulaba! ¡La carpa es del mejor campamento de exploradores!
Renata luce una sonrisa encantadora y seductora. ¡Si perdés el tren, no sabés si puede ser el último!
Bajo mi mano al asiento del sofá y la corro hasta donde su glúteo está apoyado. Ella se inclina, levantándose… y me deja poner la mano. ¡Está sentada sobre mi palma!
Siento estremecer mi pija. Renata también. ¡Ella lo decide! Apoya su mano sobre el bulto y aprieta… ¡Dios! ¿Cómo hago para no acabar?
¡Jugado por jugado, vamos al grano!
-¡Bajame el cierre! - Renata retira mi mano y completa la acción. Me la saca del bóxer, con bastante dificultad dado la dureza…, y se agacha para llevársela a la boca… ¡Ni cinco segundos! ¡Brutal acabada! ¡Y nena canchera! Traga a medida de los sacudones. ¡Ningún desperdicio!
No sé qué pasará, pero no puedo dejarla así. Me arrodillo entre sus piernas y retiro la tanguita. Ella levanta las caderas para facilitarme el “trabajo”. Entonces sí: voy a su entrepierna, sin un solo pelito, suave como terciopelo. El granito apenas tiene cuerpo, aunque se nota su existencia. En el caso de Renata no lo puedo tomar entre mis labios, pero puedo lamerlo. ...