¿QUÉ HAY EN EL VOLGA? - Relatos Eróticos

¿QUÉ HAY EN EL VOLGA?

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Con mis manos la atraigo desde las nalgas, apretando contra mí. Ella corre sus caderas hacia adelante, para estar más a mano de mi boca. Los estremecimientos de la nena son eróticamente geniales, humedeciéndome los labios y lengua. ¡El sabor y el aroma es exquisito! Sé que esta impresión la repetí miles de veces… ¡es que chupar conchas, jóvenes o viejas, me enloquecen!
Ella alterna sus manos entre mi cabeza y su boca, en el afán de no tener exclamaciones que puedan incomodar… 
¡Pero hay solución!
-¡Me encanta ver cómo se divierten! ¿Vienen a la cama y jugamos los tres?
-¡Si mamita! ¡Dale! – Renata salta y me toma de la mano. - ¡Vení, dale! 
No tengo ningún interés en desprenderme de su mano…, así que las acompaño al dormitorio. Antes de que se acabe el mundo, por las dudas, en cinco segundos las dos hembras me desnudan, sintiendo yo, como si fuera a la inversa, la calidez de sus besos sobre mi piel, incluido culo y pija…
No sé si Ximena quiere tener prioridad o enseñarles a las hijas cuales son los mejores pasos y posturas, pero inmediatamente se instala entre mis piernas, sobre la cama, para mamar con ahínco y tenacidad la morada pija que me iban dejando las hembras…
-Ma, yo también puedo ¿no? – Renata reclama su oportunidad, pero fue más astuta que la mamá: directamente se montó y tomando a la pija con su manita, la condujo hacia el centro de todos los ...

... deseos… Comenzó a cabalgar lentamente, acomodándose le pija de la manera que le resultara más cómoda.
Ximena hizo la esperado… por mí: se acuclilló sobre mi boca para gozar… - y que yo gozara -, de mis lamidas…, bridándome saludables orgasmos de gran satisfacción.
-¡Qué lindo es hacer caballito arriba tuyooooo! ¡Jajaja! - Renata salta entusiasmada…
La mamá se inclina hacia los pezones de la nena y se dedica a chuparlos suavemente. Eso inspiro a la nena para hacerle lo mismo a la mamá. Como Ximena ahora tenía sus tetas ocupadas por los besos y lamidas de su hija, estiró la mano y se dedicó a acariciar el clítoris de la nena y de paso mi propia pija que entraba y salía de la conchita de su hija, pero no por mi esfuerzo sino por la cabalgata de ella.
Las dos mujeres, madre e hija, siguen disfrutando de mi “esfuerzo” … tanto como yo. Debo reconocer que los orgasmos de Ximena son dignos de gozar plenamente. Sabor y aroma cinco estrellas…
Al fin fue lo previsto; luego de los numerosos orgasmos de madre e hija llegó el momento de mi eyaculación que ambas decidieron compartir en la boca; fue algo muy grato ver como absorbían el semen que yo descargaba, pero no lo tragaban, hasta que al concluir mi descarga se intercambiaron semen y saliva mediante geniales besos de lengua.  Luego de jugar un par de minutos cada una tragó un poco. 
¡El final del jolgorio fue genial!