Cuando pruebas te gusta - Relatos Eróticos

Cuando pruebas te gusta

Mi mujer veinticinco años cuerpo esbelto un par de buenas tetas culo y coñito delicioso nuestra vida sexual más que aceptable con nuestras fantasías y nuestros juegos de rol. 

Yo normal alto delgado una polla normalita y siempre  los dos bien depilados. 

En general digamos que éramos un tanto exhibicionistas ya que nos gustaba practicar en naturismo y el sexo allá donde pudiésemos además Marta como ella decía era todavía más guarrilla que yo. 

En su nuevo trabajo estaba entusiasmada y pronto me habló de una compañera de trabajo algo mayor que rondaba los 40 dicharachera siempre contando chistes alegre bromeando en cualquier ocasión y algo que me comentaba mi mujer también un tanto exhibicionista, al punto que en el trabajo solía ir sin bragas y en su coño llevaba un par de aros en sus labios vaginales y un piercing cercano a su clítoris algo que a mi mujer le llamó bastante la atención. 

Esta mujer tenía un cuerpo exuberante con algún kilo de más pero muy atractiva y algo que la hacía todavía más interesante o por lo menos cara a mi mujer era el esparpajo con el que podían dar desnuda en el vestuario qué el 90% del tiempo eran ellas dos solas aunque se había alguna otra compañera tampoco cambiaba su actitud, si en cambio la de Marta que estando las dos solas se sentía más desinhibida. 

Mi mujer en cierta medida admiraba aquella mujer comentó de ponerse aros igual que ella y un piercing también cosa que a mí no me desagradaba en absoluto, a casi todas horas ...

... hablaba de trabajo pero sobre todo de su compañera que según Marta parecía provocarla al punto que mi mujer también empezó con aquel juego. 

Los dos aros y el piercing fueron el principio de aquella amistad, poco a poco Carmen se fue abriendo a mi mujer contándole intimidades que en alguna manera nosotros ya la realizábamos así que Marta también soy sinceraba con ella. 

No sé si por ser más Carmen fue profundizando más al punto que evidentemente mi mujer no llegaba en tal tema liberal, llegando a contar que ya habían tenido incluso intercambios de parejas. 

A Marta este tema sí que la había llamado la atención alguna vez incluso habíamos hablado y nunca habíamos cerrado aquella puerta ahora con su compañera de trabajo y amiga íntima diría yo aquel tema volvía a estar sobre la cama. 

En nuestros polvos solía salir un encuentro con su compañera de trabajo, Marta me confesó que no le importaría meter su cara entre las piedras de aquella mujer y probar por primera vez. 

Yo evidentemente no veía por qué no podía hacer así que le di el visto bueno. 

Después de un buen polvo imaginándose tanto ella como yo que tenía un encuentro con su compañera de trabajo aquello como siempre parecía que no era más que otra fantasía más. 

Pero para mi sorpresa los días siguientes ella seguía con el tema y me preguntaba si lo intentaba a solas con ella o nos juntábamos con su marido. 

Yo evidentemente como no estaba familiarizado con el tema se me ocurrió decirle que ella se ...