Cuando pruebas te gusta - Relatos Eróticos

Cuando pruebas te gusta

... ningún miedo a los celos. 

Mi coño se encharcaba por momentos ya que Carmen no dejaba de acariciarme y besarme y su marido de vez en cuando metía sus dedos en mi entrepierna para saborear como él decía aquel tierno coñito. 

La cena estaba estupenda pero lo que yo quería era liarme con aquella mujer y a estas alturas incluso con su marido ya que no pensaba en otra cosa que el sexo, en el postre me quité el vestido quedándome completamente desnuda ante mi compañera de trabajo que ya me había visto en muchas ocasiones pero ante aquel hombre que me deseaba y yo deseaba. 

No sé por qué lo hice cogí el teléfono  llamé a mi marido y le conté que la cena estaba siendo maravillosa que hasta el momento solo había sido eso le conté que estaba el marido de Carmen........ Durante unos segundos mi marido se quedó en silencio para luego preguntarme si se iba a quedar a ver su encuentro. 

Sí claro que se va a quedar y para nada me importaría que participase por supuesto que también me gustaría que tú lo hicieras y estuvieses aquí. 

Para mi sorpresa mi marido me dijo que era un acto de confianza y que disfrutase de la velada plenamente que comiese su primer coño y follarse con aquel hombre. 

No me lo podía creer me daba carta libre para disfrutar de una buena velada así que me fui hacia aquel macho y le di un buen morreo, al tiempo que me acercaba a Carmen y hacía lo mismo poniéndole las tetas en la cara para que me las comiese y comentándole que estaba muy cachonda. ...

... 

Nos fuimos al sofá y Jaime me propuso grabarme con mi propio móvil cosa que me pareció estupendo, comenzando a besarnos apasionadamente buscando los pechos la una de la otra hasta el punto que comenzábamos a jadear en aquel salón yo estaba hipersensible a las caricias de mi compañera y amiga y muy receptiva a todo con fuerza me volteó me puso con la espalda hacia arriba momento en que casi al instante abrió mis nalgas y sentí su lengua juguetear en toda mi raja el mi ano, aquella acaricia tan íntima ya la habíamos practicado mi marido y yo pero en este momento me la estaba haciendo una mujer y me estaba resultando más que placentero ya que esta no tenía ningún reparo en taladrarme mi esfínter. 

El ímpetu que ponía en comerme aquella parte tan íntima yo sus frutos enseguida y tuve un orgasmo seguido de otro cuando su lengua profundizó en mi coño por su volumen y peso me tenía inmovilizada y aquella extraña sensación de poder que ejercía sobre mi cuerpo todavía creo que me solicitaba más. 

Mis jadeos y mis gritos de placer no podía callarlos más que con la Ahumada deseaba comerla entera como me estaba haciendo ella pero todavía no era mi turno 

Me dio la vuelta igual que antes lo había hecho casi sin darme cuenta y dejándome boca arriba levantó mis piernas y comenzó a pasar su lengua desde mi ano hasta el piercing de mi coño que sentía como destilaba una gran cantidad de flujo y comenzaba a tener otro orgasmo que ella acentuó más cuando comenzó a tirar con sus labios de ...