1. Mi mamá cogiendo con el panadero


    Fecha: 17/07/2025, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Karen Hernández, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... divina salía a la calle. 🔥
    
    En esas visitas a la panadería o en los momentos en que lo iba a ver, yo la observaba en silencio, como quien mira a su heroína... pero una heroína con curvas, estilo y un aire misterioso. Me acuerdo perfecto de cómo abría la puerta como si el mundo fuera suyo, con esa mirada que decía “sé quién soy y lo que valgo”.
    
    Había algo sexy en su forma de enfrentar la vida: el modo en que recogía su cabello, cómo se acomodaba la gorra mientras hablaba o cómo se cruzaba de brazos durante esas charlas largas que parecían no tener final. A veces regresaba con los ojos brillosos, pero no dejaba que la tristeza le robara ni una gota de glamour. Volvía a caminar igual de firme, igual de fuerte, con ese vaivén en las caderas que gritaba “no me rompo, me transformo” 💅🏽✨.
    
    Y mientras yo la seguía con pasos más cortos, tratando de alcanzarla, sabía que algún día quería tener un poquito de esa fuerza... y, por qué no, de ese fuego también.
    
    Con el tiempo entendí que mi mamá no solo caminaba con seguridad… caminaba con historia. Cada paso suyo tenía algo de rabia, algo de deseo, algo de libertad. Y yo, adolescente, medio perdida entre mis pensamientos, la seguía como quien sigue a una estrella fugaz: sabiendo que no dura para siempre, pero deseando que sí ✨.
    
    Me fascinaba verla arreglarse antes de salir. No era que se produjera demasiado, pero sabía exactamente qué ponerse para dejar huella. Su chamarra de mezclilla favorita, ese pantalón negro que le ...
    ... marcaba la cintura perfecta, y las botas con ese tacón que no era alto pero sonaban fuerte… como ella. Me preguntaba si se vestía así por él o por ella misma. Aunque conociéndola, seguro era por ella. Porque aun rota por dentro, mi mamá sabía brillar con estilo 🔥.
    
    A veces, cuando la veía hablar con él —tan seria, tan intensa— me daban ganas de interrumpir, de decirle “vámonos, ya no más”. Pero luego la veía respirar hondo, cruzarse de brazos con ese gesto tan suyo y cerrar el capítulo con la mirada. No necesitaba gritar para hacerse notar. Su sensualidad estaba en su poder, y su poder era saber cuándo quedarse… y cuándo irse.
    
    Yo también fui cambiando. Aprendí que ser fuerte no es dejar de sentir, sino caminar sexy aun cuando te tiemblan las piernas por dentro. Que puedes llorar un rato y luego ponerte tu mejor outfit, arreglarte el cabello y salir a la calle como si fueras a conquistar el mundo… o al menos a comerte un pan dulce sin culpa 😋💁🏽‍♀️.
    
    Y sí, crecí viéndola lidiar con el amor, con el dolor, con su cuerpo, con su historia… y aún así, con todo eso, mi mamá seguía siendo una bomba. Una diosa entre charcos y asfalto roto.
    
    Ese día fue distinto. Desde que mi mamá salió del cuarto ya traía ese aire... ese no sé qué que la hacía brillar más de lo normal. Se había puesto la gorra blanca con visera amarilla, esa que hacía juego perfecto con su melena larga y negra que caía por su espalda como una cortina de noche. Llevaba una chamarra de mezclilla entallada, tan ...
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