1. El Club (1ra. Parte)


    Fecha: 18/07/2025, Categorías: Primera Vez Tus Relatos Autor: Rod834, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    El Club (1ra. Parte)
    
    Un par de años después y apenas comenzando la adolescencia comencé a concurrir a la pileta de natación de un club. Antes de ingresar al natatorio, había que ducharse, los baños con duchas -había varios- estaban en un amplio salón vestuario que ocupaba un piso entero de la institución, es así que los días de semana por la tarde casi no había gente. 
    
    Después de desnudarme y dejar mi ropa en un box, me dirigí con una toalla en la cintura y 
    unos suecos a buscar las duchas. Después de algunas curvas en los pasillos, llegué a ellas, la 
    entrada tenía gruesas y anchas puertas vaivén y una vez traspuestas me encontré con unas cinco duchas separadas por tabiques azulejados y sin puertas.
    Con algo de timidez y candor dejé mi toalla en un perchero contra la pared opuesta y me metí en una de ellas, solo una estaba ocupada por un señor que solo vi cuando al rato, se retiraba. 
    
    Es así que quedé solito en ese lugar húmedo y con algo de bruma por el vapor del agua 
    caliente. Esa soledad y mi desnudez y lo sensual del agua tibia cayéndome sobre mi cuerpo, 
    hizo que empezara a pasar mi jabón con mayor lentitud sobre mis partes más sensibles.
    Una vez que mi cuerpo estuvo blanco por la espuma, comencé a recorrerlo hasta llegar a mi cola primero y luego a mi pene que por entonces comenzó a erguirse. Tan extasiado estaba en esa tarea, y a consecuencia del ruido del agua de mi ducha, no escuché que se había abierto una de las puertas de acceso al lugar y que un ...
    ... socio del club había entrado allí. 
    
    Me di cuenta de esa situación cuando, luego de quitar la espuma de mi cara, veo un señor de unos cincuenta años de edad (alguien muy mayor para mis escasos años púberes) que estaba recorriendo con su mirada todo mi cuerpo desnudo y enjabonado, y sin disimulo siquiera, posó 
    sus ojos en mi miembro bien parado, y con una sonrisa me saludó.
    Paso seguido colgó su toalla en el perchero, y desde allí caminó desnudo y sin apuro hacia la ducha contigua a la mía, todo ello sin dejar de observarme, con su mano refregándose lentamente su inerte pene.
    Por unos instantes desapareció de mi vista y escuché como abría el paso del agua de su ducha. Entre la vergüenza que sentí porque me había visto al palo, y su mirada lasciva que casi tocó mi cuerpo a pesar de los dos metros de distancia entre nosotros, yo estaba paralizado.
    Solo atiné a enjuagar mi cuerpo abriendo con más fuerza el grifo, pero el exceso de jabón tardó en retirarse. Finalmente, para acceder a los grifos y cerrar el paso del agua, di la espalda al tabique que separaba mi ducha de la contigua donde estaba este señor, y cuando me di 
    vuelta lo sorprendí asomado mirando sin disimulo mi trasero. Instintivamente me di vuelta 
    rápidamente para ocultarlo, y este hombre complacido por mi cambio de postura, comenzó a 
    mirar ahora mi pene que ya se había empequeñecido casi hasta desaparecer.
    Sin saber qué hacer e inmóvil por la incertidumbre, no atiné más que a decir “hola”, lo que inició ...
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