1. El Club (1ra. Parte)


    Fecha: 18/07/2025, Categorías: Primera Vez Tus Relatos Autor: Rod834, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... una charla, él fuera de su ducha, y yo con un pie afuera y otro adentro sin animarme a hacer nada. 
    Haciendo alusión al repentino cambio de tamaño de mi pene, me preguntó si la culpa había sido de él por si yo me había asustado, y contesté que sí, que al verlo de golpe me había dado 
    vergüenza que me viera así, entonces dijo que para que estuviéramos en situación similar, había que parar el suyo! Todo esto dicho con gran simpatía en este señor que era obvio que tenía muy claro como seducir a un jovencito. 
    
    Su comentario me sacó una sonrisa que cambió mi semblante asustado. Este cambio en mi 
    rostro significó para este hombre luz verde, y paso seguido y con gran delicadeza y sin abandonar su gesto amable, tomó una de mis manos y la apoyó sobre su pene lo que me produjo una inmediata erección que a él no le pasó desapercibida, ya que con su otra mano tomó mi pija y con un movimiento de su cuerpo -más grande y musculoso que el mío, que por mi edad aún estaba en desarrollo- me desplazó introduciéndonos así en su ducha. 
    Le dije -soltando su miembro- “me da miedo, alguien puede vernos así”, él me tomó esta vez de mi mano, y -conocedor del lugar y sus ventajas de privacidad- me llevó hasta las puertas vaivén de entrada a las duchas y allí entreabriéndolas un poco, espió por una de ellas dejando ver el resto del angosto pasillo donde –me dijo- no se observaba ningún movimiento de gente. 
    
    Yo quise comprobarlo entonces él me puso por delante suyo y así pude ver el largo y ...
    ... vacío pasillo confirmando sus dichos, lo que me dio tranquilidad. En ese ínterin y al dejarme estar por delante para mirar, él se acomodó a mis espaldas, apoyó su pija ya parada entre mis nalgas, y desde esa posición apoyó su mano izquierda sobre mi mejilla girando mi cara hacia él, mientras acercaba sus labios a los míos apenas rozándolos, y con su otra mano tomó mi pija por delante y la empezó a acariciar con suavidad, mientras, comenzó a frotar con movimientos suaves su pene sobre la raya de mi cola. Como su cuerpo estaba enjabonado, su pija no tuvo dificultad en situarse en la puerta de mi agujerito.  
    Su lengua ahora enroscaba la mía entrando y saliendo de mi boca, es entonces cuando le balbuceé en medio de esos terribles primeros besos, “¡Es mi primera vez!”. Lo que no alcancé a decirle fue que era mi primera vez ¡en casi todo!, aunque imagino que él lo habrá notado por mi proceder torpe e indeciso. Esa declaración expresa de mi virginidad, hizo que este hombre se excitara aún más pues sentí que me abrazó y me besó con mayor intensidad y deseo, y seguidamente con voz dulce y lasciva a la vez, me dijo “Quedate tranquilo, te va a gustar”.  No se equivocó.
    Comenzó a alternar esos besos con pequeños y suaves mordiscos en mi oreja y en mi cuello, yo sabía que estaba ante su inminente penetración, algo que temía desde las experiencias anteriores con mis vecinitos de mi barrio. Con aquellos, mi mente imaginaba esa situación rechazándola y deseándola a la vez. Esta vez, mi ...