El Club (1ra. Parte) - Relatos Eróticos

El Club (1ra. Parte)

... acompasamiento casi frenético de los últimos 
segundos, culminaron con una última arremetida, donde la diferencia con las anteriores -para 
mi nueva gama de sensaciones- radicó en que detuvo el movimiento repentinamente, su pija 
quedó enterrada hasta sus huevos, y entonces empujó con más firmeza aún mi cadera hacia 
atrás y un instante después eyaculó dentro mío con gran estremecimiento de su cuerpo y con un grito ahogado manifestó su satisfacción por ese terrible orgasmo que había alcanzado, 
supongo que por saber que terminaba de cogerse a un pendejo virgen. 

Esa primera y nueva sensación de semen caliente entrando en mi recto en chorros sucesivos, 
cada uno de ellos acompañando sus espasmos, me provocó un orgasmo mucho más intenso 
de los que había tenido hasta ese día y esta vez sin siquiera tocarme, ya que mis manos 
estaban como podían apoyadas en el marco de la puerta. Me sorprendió mucho ver como 
desde el orificio de mi glande salía mi leche en chorros sucesivos acompasados por cada 
arremetida de quien me estaba cogiendo.
Fue una sensación de placer intenso y de máxima plenitud. Me sentí lleno, en todo el sentido de esta palabra, y muy satisfecho. 

Seguidamente, retiró lentamente su miembro aún erecto, me dio un suave beso sobre mis labios, y acariciando mi cabeza me dijo que él venía a diario en esos ...

... horarios, en clara alusión y propuesta para otra eventual sesión de sexo.

Nos metimos entonces cada uno en su ducha, y él rápidamente se enjuagó y se retiró del lugar 
con una suave sonrisa que devolví con otra como puede, ya que estaba aún en trance el cual 
duró un buen rato. Al quedarme solo, y con los grifos de las duchas cerrados, ese silencio
me trajo tranquilidad y sosiego interior, mientras trataba de mantener vívida esa sensación sin igual. 

Apoyé sobre una de las paredes azulejadas un brazo y sobre él la cabeza en posición de relax, en ese momento tomé conciencia de una nueva sensación esta vez física y fue la del semen saliendo de mi culo derramándose por la parte trasera de mis piernas. Llevé una de mis manos hacia atrás, en principio algo preocupado pues no sabía qué era eso que estaba saliendo de mi pequeño y aún palpitante hoyo todavía algo abierto luego de semejante dilatación, y entonces la viscosidad de ese fluido que se pegoteó en mis dedos, me hizo confirmar que era el semen de mi amante ahora ausente. 

Me di una larga y reconfortante ducha, y me fui a mi casa con una sensación mezclada de 
presencia-ausencia en mi recién desvirgado culo, acompañada de algo de dolor que me duró 
un par de días. 

Es así que mis visitas al club en ese verano, fueron casi diarias, ya podemos imaginar el 
porqué. 

(CONTINUARÁ)