Yo puta tu maricón - Relatos Eróticos

Yo puta tu maricón

... una chica muy atractiva no tenía ninguna duda y si estás aquí es por qué sientes una gran curiosidad y ganas de vengarte de tu marido y yo estaría encantado de hacerlo. 

Yo: sí creo que simplemente el hecho de que haya intentado engañarme ya suficiente para darle una lección. 

El hombre me miraba de arriba abajo sin ninguna duda les citaba verme pero algo que me sorprendió todavía más es que en aquel momento dijo. 

Macho: bueno ahora es el momento en que comienzo a someterte como pago por quedar aquí, estás de acuerdo. 

Susana: sí claro lo sé como habíamos hablado obedeceré pero no habrá sexo de momento. 

El hombre se echó un poco para atrás en la silla en la que estaba quedándose más de costado que de frente hacia mí, y en aquel momento me dijo que abriese las piernas no sé por qué pero me sentía realmente excitada y lentamente abrí mis piernas enseñando mientras pierna con aquellas braguitas. 

Macho: se ve muy apetitosa esa entrepierna, tienes mojadas braguitas. 

No supe que contestarle pero realmente sí que tenía una excitación sobremanera así que me llevé mi mano a la entrepierna y la froté como queriendo recoger la humedad de mi vulva. 

Susana: creo que sí que estoy húmeda algo excitada. 

Macho: qué tal si me entregas tus braguitas te las quitas aquí delante mío. 

Me puse roja como un tomate no sabía que contestar estaba claro que me estaba dominando pero también estaba claro que aquello me empezaba a gustar miré a mi alrededor había gente ...

... pero cada uno estaba la suyo así que me quité la prenda la sujeté mis manos pero aquel hombre me las hizo depositar sobre la mesa así lo hice. 

Macho: veo que huelen muy bien a perfume y a tu humedad me gusta. 

El hombre se guardó las braguitas en un bolsillo de su chaqueta .

Macho: ábrete de piernas quiero ver ese coñito. 

Aquello me estaba excitando sobremanera abrí mis piernas enseñándole mi vulva y con mis propios dedos separé mis labios vaginales como si le quisiera regalar todavía algo más. 

Aquello le gustó sin duda ya que me sugirió que me frotase mi vulva para ver el brillo de mi humedad. 

Durante un rato así lo hice mi excitación era máxima si habría estado en otro lugar sin ninguna duda habría buscado el orgasmo pero no era el momento ni el lugar. 

El hombre me mandó quitarme sujetador y la verdad que no lo dude mucho solté los corchetes y me lo saqué en un periquete mis pezones ya estaban elizados anteriormente pero ahora mucho más el hombre estiró su mano y pellizco ambos momento en que de mis labios salió un gemido. 

Me preguntó cómo estaba y mi respuesta fue tajante creo que excitada, le pareció bien y me propuso que saliésemos de la cafetería juntos andando uno al lado del otro como si fuésemos dos conocidos. 

Mi sensación al salir a la calle fue algo que no se me olvida nunca había ido sin bragas por la calle y sentía como el aire circulaba por mí vulva aquella humedad unida al aire me hacían sentirme desnuda completamente mi vestido ...