Yo puta tu maricón - Relatos Eróticos

Yo puta tu maricón

... era corto realmente y con aquella brisa entrando por mi culo y vulva me excitaba sobremanera. 

Aquel hombre sin ninguna duda sabía lo que estaba sintiendo y me iba haciendo preguntas a la vez que conversábamos de cómo él tendría que ser mi macho y convertir a mi marido en un hombre bisexual y cornudo. 

Para eso tendría que aprender a ser sumisa y luego dominante sin ninguna duda su plan me parecía morboso pero difícil de ejecutar. 

Mi marido estaba acostumbrado a que cuando viniese a casa preparase la cena y demás aquel día aquel hombre pretendía que llegase tarde a casa que no contestarse a sus llamadas y en definitiva buscar una confrontación. 

El plan era ponerle celoso y darle que pensar así que aquella noche llegué a las 10:30 de la noche un día de labor en el que al día siguiente había que trabajar. 

En plan ya estaba en marcha y tenía que mostrarme dura con mi marido. 

Cuando llegue a casa Mario mi marido tenía un gran cabreo ya había cenado estaba súper mosqueado y comenzó a chillarme que donde había estado que había hecho y demás yo serena le dije. 

Yo: imagino que tengo derecho a ciertas cosas tú no eres mi dueño en todo caso sería al revés. 

Esto le cabreó bastante más todavía diciéndome que por ahí sí que no pasaba. 

Como me había dicho aquel hombre me quité el vestido delante suya mostrándome completamente desnuda. 

Mario: de dónde cojones vienes sin ropa interior. 

Se la he regalado a un hombre que me la ha pedido. 

Mario: ...

... tú estás loca de qué vas te piensas que puedes decirme eso. 

Yo: puedo decirte eso y más todavía hacer lo que me dé la gana y todavía seguramente no sea suficiente para  pagarte con la misma moneda espero que te parezca bien. 

Mario: de qué cojones estás hablando estás loca se te ha ido la olla. 

Yo: me voy a la cama y tú quédate en el sofá y si no te vas a la puta calle a partir de ahora las cosas cambian en esta casa si estás de acuerdo te quedas y si no estás de acuerdo te vas. 

Los chillidos fueron monumentales menos mal que vivimos en un la vivienda unifamiliar no paraba de chillar estaba cabreado realmente muy cabreado pero al final se quedó en el sofá. 

Al día siguiente ya más calmado me pidió perdón por lo que hubiese podido hacer le contesté que simplemente el hecho de haberme intentado engañar era ya un auténtico despropósito por lo que yo le dije que a partir de ese día yo llevaría la batuta de nuestra relación volviendo a repetir que si no estaba de acuerdo nos divorciamos. 

Esto a Mario le puso mucho más nervioso y se calmó haciéndome calmar a mí me pidió perdón nuevamente y intentó conciliar aquella relación yo tal y como me había explicado aquel hombre tenía que ser insensible y actuar con total frialdad. 

Yo: en primer lugar quiero que sepas que estoy conociendo un hombre con el que quiero acostarme y tú tendrás que llevar dignamente tus cuernos después ya veremos. 

Mario: pero qué dices yo no te he engañado no me ha costado con ninguna ...