1. El cumpleaños 30 de mi amiga


    Fecha: 24/07/2025, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Karen Hernández, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... pícara.
    
    —Digamos que hay un par de personas que conocen mi estilo... —respondí, dejando la frase al aire—. Una vez me dieron un conjunto rojo, de esos con transparencias estratégicas. Casi no me atreví a usarlo… pero cuando lo hice, sentí que podía controlar el mundo con solo caminar.
    
    Ella aplaudió bajito, encantada.
    
    —Eso me encanta. ¿Sabes qué? Deberíamos salir un día tú y yo, con alguna de esas prendas puestas. Sin avisar. Solo nosotras, brillando en medio de la noche.
    
    —Y que nos miren —dije—. Que adivinen, que imaginen… pero que nunca sepan quién nos las regaló.
    
    Las dos reímos con esa complicidad que solo se da cuando el secreto es tan delicioso como el momento que lo contiene. Fue entonces cuando él regresó, con una botella de vino oscuro en la mano y tres copas limpias en la otra.
    
    —¿Hablaban de mí? —dijo, dejando la botella en la mesa.
    
    —Quizá… —dijo ella, mordiéndose suavemente el labio.
    
    —¿Y debería preocuparme?
    
    —No —dije, tomando una copa—. A veces, las mejores cosas se dicen cuando alguien se va… y luego regresan para encontrar el ambiente aún más cálido.
    
    Él sirvió el vino lentamente, mirándonos con esa expresión serena, segura. Brindamos una vez más, pero esta vez, el vino sabía diferente. Como si entre nosotros ya no hubiera solo risas y charlas… sino algo más. Curiosidad, confianza, y un deseo silencioso que se deslizaba en cada palabra.
    
    La conversación ya fluía como si lleváramos horas en una burbuja ajena a la fiesta. Las luces ...
    ... cálidas del jardín, el vino que empezaba a hacer efecto y la complicidad cada vez más relajada nos tenían a los tres entre sonrisas suaves y miradas que se detenían más de lo habitual.
    
    Mi amiga, con su copa en la mano y ese vestido que resaltaba cada curva, estaba más luminosa que nunca. Su suegro la miraba con esa mezcla de admiración y ternura que no intentaba ocultar. Y yo, sentada frente a ellos, me sentía como parte de una escena cuidadosamente tejida.
    
    En un momento, él giró su cuerpo hacia ella y, con una voz pausada, le dijo:
    
    —Casi lo olvido… tengo algo para ti. Quería dártelo hoy, pero no delante de todos.
    
    Ella lo miró con una ceja levantada y una media sonrisa.
    
    —¿Otro regalo? ¿Y por qué tanto misterio?
    
    —Porque este es diferente —respondió él—. No es como el outfit del otro día. Este… digamos que preferiría dártelo con menos ojos alrededor.
    
    Ella soltó una risa suave, juguetona.
    
    —¿Y eso no despierta más curiosidad? —preguntó, girándose hacia mí—. Mira, ahora ella también quiere saber qué es.
    
    —Obvio —dije, dando un pequeño sorbo a mi copa—. Lo dijo con ese tono de "te va a encantar pero no puedo enseñarlo aquí".
    
    —Y es justo eso —agregó él, con una sonrisa casi traviesa—. Pero confía en mí. Solo tú sabrás cuándo usarlo… y por qué.
    
    Mi amiga lo observó con esa expresión suya de sé que me estás provocando pero me gusta, y luego me miró, divertida.
    
    —Este hombre me quiere matar de intriga.
    
    —O al menos dejarte con la imaginación encendida ...
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