1. El cumpleaños 30 de mi amiga


    Fecha: 24/07/2025, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Karen Hernández, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... imaginación.
    
    Cuando llegó frente a él, apoyó una mano en su brazo —casi como quien lo saluda— y le dijo algo que no escuché, pero que hizo que él soltara una leve sonrisa… de esas que no enseñan dientes, pero sí todo lo demás.
    
    Yo me quedé unos metros atrás, observando.
    
    Ella se volteó un poco hacia mí, guiñándome el ojo con picardía. Y luego, como si nada, le alzó sutilmente la copa a su suegro para brindar. El cristal tintineó.
    
    Y él le dijo algo bajito, muy cerca del oído.
    
    Ella se rio… bajó la mirada… y se tocó el escote con suavidad, como si esa risa hubiese sido una caricia invisible.
    
    Yo no sabía si tenía celos… o ganas de aplaudirle.
    
    Volvió hacia mí caminando despacio, con esa aura que solo las mujeres que saben lo que provocan pueden sostener.
    
    —¿Qué te dijo? —le pregunté en voz baja cuando se acercó.
    
    —Me preguntó si había usado ya el conjunto rojo frente al espejo con velas… como él imaginó cuando lo compró.
    
    —¿Y qué le respondiste?
    
    Ella se encogió de hombros, rozando mi brazo con el suyo.
    
    —Le dije que sí… pero que esta noche casi me lo quitan.
    
    Nos miramos. Reímos. Y esa palabra, “casi”, se convirtió en una promesa silenciosa.
    
    La fiesta seguía. Pero nosotras sabíamos que el verdadero fuego no había terminado… solo había cambiado de dirección.
    
    Y lo mejor de todo… es que aún teníamos toda la noche por delante. 🔥🍷
    
    La noche ya estaba entrando en su etapa más lenta y embriagadora: música suave, luces cálidas, gente charlando en ...
    ... grupitos pequeños, algunos abrazándose, otros bailando despacito entre velas y copas a medio tomar.
    
    Yo estaba sentada de nuevo en uno de los sofás del jardín, cruzando las piernas con gracia, bebiendo un trago lento mientras veía a tu amiga moverse entre los invitados como una reina sin apuro. Pero no pasó mucho antes de que él se acercara.
    
    Su presencia era distinta. Elegante, discreta, pero con ese aire de hombre que observa con calma… y piensa con deseo. El suegro. Traje bien cortado, sin corbata, camisa abierta apenas un botón de más. Sonrisa sutil. Ojos que lo notaban todo.
    
    —¿Me puedo sentar? —preguntó con voz suave, profunda.
    
    —Claro —respondí, con una sonrisa ligera, coqueta.
    
    Se sentó a mi lado, con esa calma medida de quien sabe que no necesita apurarse para ser interesante. Justo entonces tu amiga volvió con tres copas. Nos las dio sin decir palabra, como si supiera que el momento requería silencio... y tensión.
    
    —Por ustedes —dijo él, alzando la suya.
    
    —¿Por nosotras? —le pregunté, sabiendo perfectamente lo que estaba insinuando.
    
    —Sí. Por lo bien que se ven juntas… y por lo mucho que provocan sin decirlo.
    
    Tu amiga rió bajito y se sentó al otro lado de él, cruzando las piernas, dejando que su vestido subiera un poco más de lo necesario.
    
    —¿Tú crees que provocamos? —dijo ella, con fingida inocencia.
    
    —Yo no tengo ninguna duda —dijo él, bebiendo sin dejar de mirarnos.
    
    Hubo un pequeño silencio. Luego él giró levemente hacia ella y le dijo, ...
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