1. El ascenso de mi amiga: Le encanta serle infiel a su esposo y se vuelve la putita de su jefe


    Fecha: 31/07/2025, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Karen Hernández, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... nosotras.”
    
    —“Para nosotras, las chicas sexy y peligrosas.”
    
    Nos reímos fuerte, otra vez, y ella levantó la copa de vino que se estaba tomando mientras hablábamos.
    
    —“Por nosotras, nena. Por nuestras curvas, nuestro carácter… y nuestros secretos.”
    
    —“¡Salud, reina!”
    
    Y así terminamos la videollamada esa noche: entre confesiones, ropa ajustada, esposos curiosos, alumnos distraídos, y ese fuego que llevamos dentro… y que ninguna quiere apagar. 😘
    
    Desoues de aquella aquella plática pasaron tres días que no hablaba con mi amiga, lo cual ya es raro porque siempre estamos mandándonos audios, memes o selfies. Pero de repente por la tarde me suena el teléfono y era ella. Obvio contesté emocionada, ya sabes:
    
    —“¡Bebé, pensé que te habías fugado con tu jefe!”
    
    Y del otro lado se escucha su risita bajita, esa risa que ya me dice que viene con algo bien jugoso.
    
    —“Mami… ¡me dieron el ascenso!”
    
    Casi grito en medio de la calle. Me detuve ahí mismo, con el celular pegado al oído, y me puse en modo chisme total.
    
    —“¿¡QUÉ!? ¡Ay noooo, ya dime TODO! ¿Cómo fue? ¿Qué pasó? ¿Qué te pusiste? ¡Suelta todo, perra!”
    
    Y ella empezó con ese tonito que me encanta, como quien cuenta un secreto caliente mientras se toma una copa de vino.
    
    —“Bueno… el lunes llegué a la oficina con un look que no era casual, pero tampoco muy obvio. Me puse una falda de cuero negra, ajustadita, hasta media pierna, con una blusa de seda color marfil de manga larga, pero con los botones de arriba ...
    ... abiertos… dejando ver un poquito de encaje del sujetador negro. El outfit decía ‘soy profesional’… pero también ‘cuidado, puedo hacerte temblar’.”
    
    —“¡Mujerón!” —le dije riendo.
    
    —“Total. Me maquillé con tonos tierra, labios nude y el cabello suelto, con ondas suaves. Tacones negros cerrados y ese perfume que sabes que deja rastro. Entré a la oficina y apenas puse un pie en el pasillo, todos me miraron. Pero yo, tranquila, como si nada. Pasé frente al despacho del jefe y él me llamó sin decir palabra, solo levantó una cejita.”
    
    —“¡Ay Dios mío! ¿Y qué pasó?”
    
    —“Entré, me senté cruzando las piernas, y él me miró como quien mira algo que quiere probar. Me dijo: ‘Hemos estado evaluando tu desempeño… y creemos que estás lista para algo más grande’. Yo solo sonreí y respondí: ‘Lo sé’.”
    
    Me moría escuchándola.
    
    —“¡Qué reina! ¡Qué poder! ¿Y luego?”
    
    —“Me dijo que me querían como coordinadora de marketing y relaciones estratégicas. ¡El puesto que te dije! Yo, por dentro gritaba. Pero me mantuve tranquila, sabiendo que eso ya era mío. Y él lo sabía también. Pero nena, ahí no acaba la historia…”
    
    —“¡No me digas que hay más!”
    
    —“Mucha más.” —me dijo en voz bajita— “Porque ayer, cuando estaba en una reunión con los creativos, mi esposo llegó de sorpresa a la oficina. Me llamó para decirme que estaba abajo, que me tenía un café. Yo bajé feliz, obvio con otro look de impacto: un jumpsuit color vino oscuro, ceñido al cuerpo, sin mangas, escote corazón, y con un blazer blanco ...
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