Amor lésbico - Relatos Eróticos

Amor lésbico

Tengo treinta y cinco años soy una mujer casada y lo que voy a contaros a mí mismo me sorprendió. 

Empecé con unos dolores de espalda y me aconsejaron hacer natación por mi trabajo tenía que hacerlo a última hora del día. 

A estas horas no había casi gente y la piscina era para pocos. 

Mido uno setenta y dos de altura tengo un culo apetecible para los hombres y un par de buenas tetas algo que siempre me había pedido mi marido era que me depilase mi vagina yo solía recortarla con una maquinilla pero vuelve a crecer a él habría gustado que la tuviese bien depilado a láser como dice mi marido de compresión soy más bien de complension normal con mis carnes para agarrar. 

Las mujeres nunca me han llamado la atención a lo más lo típico ver un cuerpo y reconocer que es bonito o que tiene algo que te llame la atención. 

Por mi educación no estaba acostumbrada a ver a otras chicas desnudas más bien en ese sentido una mojigata. 

En el sexo creo que satisfago a mi marido pero imagino que todo hombre quiere una puta la cama y una señora en la calle. 

A la hora de cambiarnos en el vestuario coincidíamos una mujer sobre los 50 años rolliza sin estar demasiado gorda de buenos pechos y buen culazo esta mujer no se cortaba ni media a la hora de desnudarse. 

No sé por qué la solía mirar cuando ella no se daba cuenta llevaba la atención su entrepierna tanto por delante como por detrás ya que por delante tenía unos grandes labios vaginales que le colgaban y completamente ...

... depilado y por detrás alguna vez que se había agachado podía ver su ano muy abierto a mi parecer. 

A mi parecer esta mujer se exhibía de alguna manera sin ningún reparo ya que cuando se agachaba a secarse los pies nacía ofreciéndome la visión de su trasero y desde atrás podía ver su ano y por supuesto aquellos labios vaginales. 

Su ropa interior también era sexy aunque en eso a mí también me gustaba llevarla. 

No sé que me pasó aquella vez que estuvo un rato enseñándome aquel culo y mi mirada se quedó clavada allí. 

La mujer al girarse lució la sonrisa como sabiendo que había estado mirando su trasero y yo creo que mi cara estaba completamente colorada. 

Señora. Te pasa algo te encuentras bien. 

Yo punto sí por qué lo dices. 

Señora. No sé te veo un tanto extraño tal vez sea porque has visto algo que te gusta. 

Esto ya era demasiado me quedé sin palabras y encima mi cara sería colorada ya que me había pillado mirando su trasero. 

Señora. No pasa nada tranquila si te gusta algo no hay más que decirlo y sí no es así no te preocupes. 

Fui turbada a casa completamente avergonzada tal vez fuese que me había gustado ver aquella mujer desnuda. 

Al día siguiente ni me atreví a ir a la piscina y pensé en dejarlo ya que no entendía lo que me había pasado. 

El siguiente día procure salió un poquito antes de la piscina para llegar al vestuario con la intención de no cruzarme con ella. 

La jugada no me salió demasiado bien ya que mientras me estaba ...