PRIMAVERA: La tercera edad como la primera. - Relatos Eróticos

PRIMAVERA: La tercera edad como la primera.

Casualidad. Estoy en la famosa verdulería del barrio donde, entre otras cosas, están las dos mujeres más hermosas de la zona que, además, son artistas en la cama, igual que sus hijas, totalmente instruidas por sus madres en el arte de abrirse de piernas…, aunque también puede ser en colocarse como perritas…
Había tenido la oportunidad de probarlas a las cuatro, pero quería seguir probando, dado que el sabor y el aroma, además de geniales, pueden cambiar día a día…
En eso estaba…, bueno, con mi pensamiento, en cuando y como me las podría atracar.
Iba con el auto a una de las obras, cuando al detenerme en un semáforo veo en la esquina a una mujer dispuesta a cruzar, que es justamente lo que hace cuando el semáforo da paso a los peatones.
Cuando la vi, justo frente a mi auto, no lo podía creer: ¡es mi abuela! ¡Si, mi abuela! La madre de mi mamá, tan joven como yo me acordaba, desde la última ves que la vi, hace más de cuatro años, justamente cuando falleció mi madre.
En realidad, una mujer de no mucho más de cincuenta, dado que había sido mamá muy joven, igual que la mía.
¿Se acordará de mí? Crucé con el auto, estacionando en el primer hueco que encontré, y volví corriendo. Estaba ya a unos 30 metros de la esquina. Corrí hasta ella… 
-¡Tini, Tini, soy Dani…!
Se detuvo y giró…
-¡Dani! ¡Tesoro! ¡Cuánto hace!
-¡Si abuelita! ¡Jajaja! ¡Cinco años que no nos vemos! – Ella odia que le digan abuela…; con el lomo que tiene no hay ningún motivo para ...

... “envejecerla”.
-¡Desgraciado! Sos todo un hombre…, digo más… ¡todo un macho! - Hay doble sentido en sus palabras…: ella sabe que desde mi adolescencia me tiene loco: la deseo con todas las tripas… En toda oportunidad que me fue posible, la toqueteaba…, las tetas o el culo…, por sobre la ropa, no había otra…, y ella sonreía y me guiñaba el ojo…, como burla a mi calentura.
-¡Nene! ¡Tesoro! ¡Qué placer verte! - Nos abrazamos y besamos muy cariñosamente en las mejillas. 
Me encantó abrazar y apretarla contra mí. Sus maravillosas tetas se hicieron sentir en mi pecho, con su total complacencia.
-¡Tini, abuelita…! ¡Qué hermosa estás!
-¡Maldito! ¡No me digás así! 
-¡Jajaja! ¡Cada día más joven y más hermosa! – ¡Y más deseable y voluptuosa! Esto solamente lo pensé. - ¡Tini! ¿Cómo hacés? ¡Cada vez que te veo estás más joven y hermosa!
-¡Mentiroso! ¡Portate como un hombre! ¡Ya no sos un bobo de 15!
-¡Era un bobo cuando no me había fijado en vos! ¡Desde que descubrí lo hermosa y voluptuosa que sos, dejé de ser un bobo! ¡Hace cinco años de eso!
-¡Ya no tenés 16!
-¡Justamente por eso! ¡Ahora lo digo con mucha mayor experiencia y conocimiento! ¡Ya no sos mi “abuelita”! ¡Sos la mujer más hermosa que conozco!
-¡Sos un mujeriego mentiroso!
-¡Tal vez sea mujeriego…, pero no soy mentiroso! ¡Creo absolutamente que sos la mujer más hermosa que conozco! ¡Cada día más y más! ¡Estás tan buena! ¡Buenísima!
-¿Si? ¡Qué macaneador! – Aunque lo disimula, Tini está encantada con mis expresiones.
-¡Claro! Me llamás ...