VERANO: EL CALOR HACE TRANSPIRAR - Relatos Eróticos

VERANO: EL CALOR HACE TRANSPIRAR

... paraíso…
-¡Ay Dani! ¡Las cosas que decís! – Se puso roja como un tomate. 
-No te avergüences tesoro. Sos más hermosa todavía de lo que yo puedo decir. – Su vergüenza la dejó sin defensas. 
La acerqué hacia mí. La abracé y la apreté entre mis piernas. Apoyé una de mis manos en sus glúteos. Con el otro brazo rodeé su cuerpo, apretando sus notables y duros pezones contra mi pecho. Con mis piernas rodeé las suyas. Introduje una de mis manos bajo su blusa. Le acaricio los pezoncitos…, no tan “citos”, en realidad…: más bien “pezonachos”, por el tamaño y la dureza… 
No ofrece ninguna resistencia. Dado que estábamos solos, pues Alexia había salido a comprar alguna bebida para acompañar la “conversación”, en este momento no me hacía falta nada más. 
-¡Elisabeth! ¡Sos más hermosa de lo que se puede comprender! – Mi primera caricia fue en su mejilla.
-¡Ay Dani! ¡Me hacés avergonzar!
-¿Avergonzar? ¿Por ser tan hermosa? – Acentué mi abrazo y la besé en el cuello. - ¿Te molestan mis besos? – De alguna manera quiero su aceptación explícita…
-No, para nada… - Le giré la cabeza y la besé en la boca. Ella no sabe qué hacer. Saco la lengua y le separo los labios. Comprende inmediatamente. ¡Su lengua me responde!
Sin dejar de besarla le levantó la pollerita y paso mis manos por sus glúteos. La mínima tanguita que tiene lo permite sin mayor dificultad. Se acomoda para hacer mi tarea más fácil…, y gira levemente para que llegue a su conchita. Meto la mano bajo la tela y la acaricio…; ...

... Beta se estremece…
-¡Elisabeth querida! ¿Te gusta? – Insisto con el “te gusta”.
-¡Si! ¡Mucho! – Está tomada de mi cabeza. La levanto, la paro en el sillón, con las piernas a mi costado, y meto la cabeza bajo la pollerita. 
¡Besar su húmeda bombachita ya es glorioso! Y ella se la corre para que pueda llegar a sus carnes sin impedimentos. ¡En cuanto apoyé la lengua tuvo un estremecimiento! Me apretó la cabeza como para enterrármela entre las piernas. La sostuve para evitar su caída, dado que su estabilidad está comprometida. Apreté el capullito con mis labios. Besé y lamí a lo largo y lo ancho, desde el ano al clítoris. Mientras con una mano apreté sus glúteos contra mí, con la otra descubrí la pija, mojada por el precún. La tomé en mis brazos y la hice arrodillar. No dudó un segundo; inmediatamente 7 u 8 cmts de pija estaba dentro de su boca. Mama apasionadamente. Su lengua recorre el tronco, desde los huevos al glande. Una y otra vez. Me la besa, chupa, lame. ¡Todo un poema! 
Antes de sentir necesidad de eyacular la hago erguir y la siento a horcajadas. ¡No sé si esta nena es virgen! ¡Ni me importa! Le corrí la bombachita y la penetré. Traté de sostenerla para no horadar violentamente. Beta no dejó de gemir un segundo…, pero de placer… ¡No es virgen!
-¡Ay Dani! ¡Qué…, qué… sorpresa…! ¡Se siente muy rico! – Es “neutral”: no es “te siento…” ¡Ninguna queja! 
-¡Si, mi amorcito! ¡Una mujercita como vos se merece lo mejor! - Sobre mi regazo la hice cabalgar. 
Lo entendió ...