VERANO: EL CALOR HACE TRANSPIRAR
Fecha: 18/08/2025,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... rápidamente, apoyando los piecitos en el piso, apenas de puntita, cabalga animosamente. Yo la sostengo y ayudo por la cintura. Su nuevo orgasmo, luego de algunos minutos, activa mis testículos preparando la eyaculación. Le sacudo varios chorros. ¡Espero que no tenga la regla! Ambos nos quedamos como desmayados, ella todavía con mi palo enterrado. El semen se derrama sobre nuestros muslos…
Así estuvimos como quince minutos. A pesar de mi semi desvanecimiento, no dejé de acariciarla un segundo. Ella me correspondía con besos en mi rostro, el cuello, las orejas. ¡Tan cariñosa!
-¡Elisabeth! ¡Mi tesoro! ¿Querés que juguemos como la gente grande? ¡Vos ya sos toda una mujer! – ¡Quiero seguir cogiéndomela una hora más! – Ponete como perrita… mi amor…
-¿Me la vas a meter por la colita? ¿Y si vuelve Alexia? – El regreso de Alexia me importa un pito. El metérsela en el culo será en el momento oportuno.
-No tesoro…, todavía no, a menos que vos lo quieras… Es para estar más cómodos…, y tener mejor penetración. ¡Tu conchita se va a sentir muy contenta!
-¿Si? ¡Toda adentro! – Ella está eufórica.
-¡Cómo toda una mujer! – Esta criatura, que ni siquiera llega al secundario, está ansiosa en que la cojan… - ¡Vas a sentir muy rico!
Se ubicó tal como le dije, en el borde de la cama. Me instalé parado, a su lado, y besé, chupé, lamí, culo y concha, concha y culo… ¡Se estremece de placer ante cada lambida!
-¡Ay Daniiii…! ¡Qué ricoooo! – Sin duda es riquísimo… ¡para mí!
Me acomodé ...
... tomándola de las caderas. Le apoyé el glande en el ano…, pero no lo introduje. La estuve pincelando del culo a la concha varios minutos. Le apoyé el glande en sus labios…, y empujé…
-¡Papitoooo! ¡Qué rico! – Beta se estremeció y se acomodó, de manera que la introducción sea más fácil… ¡Está tan mojada que no hace falta nada más! Además, es obvio que esta concha ha recibido varias pijas antes que la mía.
En un segundo, la tengo totalmente clavada.
-¡Diossss…, diositoooo! ¡Es el paraíso! ¡Qué rico que lo hacés, papitooooo! – Beta habla casi a los gritos…
-No grités tanto, amorcito. Te pueden oír… - Trato de atemperar su entusiasmo.
-¡Es tan rico! ¡No me puedo contener! – Se mueve de atrás hacia adelante. Yo me sostengo de sus caderas para que no me tire. ¡Esta nena es un terremoto…! - ¡Llename papitoooo! ¡Llename la conchita con tu lechita!
-¿Estás segura? – Por las dudas pregunto…
-¡Si papito, si! ¡No me vino la regla todavía! – Recula tanto contra mi pelvis que me tengo que agarrar muy fuerte de su cintura para que no me tire. - ¡Quiero sentir tu calorcito! ¡Dámela toda! – Ella sabe por qué… - Se estremeció desde el cabello hasta los pies… ¡Fue el momento! ¡Eyaculé como si fuera la última vez! ¡Mis huevos quedaron absolutamente vacíos!
Ambos estuvimos unos minutos recuperando aire… Busqué su boquita y me acomodé en la cama para que pudiera quedar a mano.
-¡Tesorito! ¡Abrí la boquita y chupamela! ¡Un poquito, aunque sea! Luego te compenso.
Beta me miró sonriente y golosa. ...