1. DESPERTÉ EN EL PARAISO


    Fecha: 23/08/2025, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... mejor sonrisa.  
    -Muy bien señor Dani…, venga a desayunar… ¡Lo esperamos! – Eso importa…, ¡qué me esperen!
    Vuelvo del baño…
    -Señora…, señorita…, me visto y regreso… Un ratito nada más…
    -No hace falta o señor Dani. El café recién hecho está calentito; puede desayunar ya mismo… ¡Jajaja! ¡Estamos en familia! – La patrona me responde diligente. Sabe lo que quiero que vean. La nena me mira arrobada… ¡No dejaré de darles el gusto!
    Ingreso a la cocina, con solamente el bóxer colocado, luciendo la poderosa carpa. Me miran sonrientes…
    Me acerco a cada una y las beso muy “cariñosamente” en la comisura de los labios, tomándolas de la cintura, “como al descuido”, y apretándolas contra mi ingle… Mi intención no tiene subterfugios: ¡me las quiero coger…, a ambas…!
    No solamente no muestran resistencia, sino que me pasan los brazos por el cuello. ¡Será un magnífico trío!
    Me siento en la mesita, mientras mami me trae el desayuno. Frente mío, al otro lado de la angosta tabla, está la nena. Estiro la pierna, sin la chancleta, y le meto el pie entre sus piernas…, que ella abre diligentemente para facilitar mi tarea. El dedo gordo se introduce en la húmeda rajita, que la nena acomoda, corriéndose hacia adelante de la silla. Me sonríe con labios y ojos. ¿Será casualidad que no tiene bombachita? 
    Mi “propuesta” es totalmente aceptada: ¡en la primera oportunidad estaremos cogiendo! ¡Solamente falta la mamá!
    Terminamos el desayuno, sin dejar de acariciar la conchita de la nena con mi pie, ...
    ... con su total buena onda y complacencia, quien en más de una oportunidad acarició con las manos…, a mi pie, digo…
    De pronto, la mami la hace correr, sin ningún motivo, dado que hay lugar de sobra para los tres…, ¡y ella se coloca en el lugar de su hija! Me sonríe…, y mira a Emma. Ésta no parece molesta; será la “costumbre”: ¡primero prueba la madre! Así que mi pie encuentra un orificio más grande… ¡Prácticamente entran todos los dedos! ¡Humedecidos!
    Conversamos sobre el pueblo mientras desayunamos. Pregunto por algunas ubicaciones que me interesan; me dan datos sobre terrenos y propietarios. No se muestran apuradas o molestas por ningún motivo… (ni por mi vestimenta o mi pie). 
    Al irme la patrona me reitera que me esperan a almorzar…, y dormir la siesta…, muy especialmente. ¡Será algo que no dejaré de hacer!  
    Desgraciadamente tengo que hacer mi tarea…, ¡para eso me pagan! Sigo recorriendo el pueblo, para ubicar el terreno más propicio para la fábrica de aceite y, como al pasar, relojeo a las mejores hembras que están a la vista: la tienda, el kiosco, la librería, la pollería…, ¡todas están apetecibles! ¡Buen pueblo este!
    Al mediodía regreso a la pensión. 
    Durante el almuerzo hablamos de mis tareas y de cuánto tiempo supongo que estaré en la localidad. Creo que no me llevará más de tres días…, aunque trataré de alargar la estadía…, de acuerdo a la complacencia que tenga de madre e hija…, o de quien aparezca…
    -¿Duerme la siesta, ingeniero? – Danna, la mamá y patrona de la ...
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