El hotel - Relatos Eróticos

El hotel

... había follado con mi marido hacía unos minutos esto le dio mayor satisfacción preguntándome cómo me sentía siendo puta. 

Yo le contesté que había sido maravilloso una experiencia inolvidable entregarme otro hombre como prostituta de lujo Margari me ofreció una buena cantidad de dinero quedándome yo más que satisfecha y enseñándome la parte que ella se quedaba algo que me pareció más que normal. 

Mis relaciones con hombres ahora casi eran a diario encontrando cada vez mayor satisfacción a mi trabajo. 

Jaime  sospechaba nada y el encontrarme receptiva todas las mañanas y mojada era porque me lubricaba según le decía. 

Más de una mañana quería ser él el que me lubricase con su lengua rehusando yo aquellas caricias y teniendo que fingir que mojaba y obedecía mi coño con lubricante. 

Así que algunas mañanas antes de entregarme a mi marido era Margarita que me limpiaba mi vulva. 

En ocasiones trabajamos las dos en la noche entregándolos a diferentes hombres y siendo yo la que también limpiaba su entrepierna alguna vez hicimos un trío con algún hombre salido dejándolos sustanciales ganancias. 

Margari: bueno ahora ya  conoces esto y los clientes los llevaremos a medias. Por cierto toma esta dirección y preséntate a las 5 de la tarde. 

Él la habitación de Margari estaba nuestro ajuar ropa lencería calzado todo lo que podía querer una puta o mejor dicho los clientes. 

Aquel día realmente era peligroso salir del hotel de aquella guisa pero a su vez pensé que ...

... también era excitante. 

Me vestí y salí contorneando el culo ante algunos compañer@s de trabajo creo que sin importarme demasiado. 

A las cinco con una puntualidad exquisita toca el timbre desde abajo sintiendo como abría la puerta me subí al ascensor iba más excitada que otras veces era mi primera salida del hotel aún trabajo. 

Cuando llegué al piso la puerta estaba abierta y no hice más que empujarla entré en la vivienda y cerré la puerta tras de mí desde allí dije hola y con paso firme me dirigí hacia el interior llegando a un salón amplio y coqueto donde había una mujer sentada en el sofá vestida con una chaqueta sin sujetador y minifalda medias y tacones se levantó era alta algo más que yo pero corto digamos que inspiraba un aire a lesbiana no sé por qué me presenté y le dije hola me llamo Laura directamente me dirigí a sus labios donde nos dimos un beso apasionado.

La mujer entonces habló sí sé cómo te llamas me ha hablado Margari de ti y me ha dicho que eres un encanto. 

Enseguida desabroché su chaqueta aprovechándome de aquellos pequeños y tiesos que mordisqué con gran placer sacando sus primeros jadeos de placer. 

Me desprendí la chaqueta y acto seguido busqué la cremallera de aquella falda para retirarla.

Mujer: cariño no tengas prisa tenemos varias horas y quiero disfrutar de tu juventud. 

Aquella mujer tendría cerca de los cincuenta años su aspecto como he dicho era atractivo elegante pero sobre todo con la que el aire a mujer lesbiana unos ...