CARIÑOSAS HERMANITAS - Relatos Eróticos

CARIÑOSAS HERMANITAS

Se sentaron junto a mí, una a cada lado. Con mis manos manoseaba los culos, dado que estaban inclinadas hacia mi entrepierna, mamando. Yo llegaba a meterles los dedos. Las acomodé de tal manera que les metía un par de dedos en las conchas y el pulgar en los culos. Están muy complacidas.
Habíamos llegado a esta situación cuando las encontré en la verdulería…, a ambas…, dado que la vez anterior solamente había visto a la menor…, aunque no hice que me acompañara. ¡Sería un escándalo que me ayudara a llevar cinco miserables kilos de papas…! En este caso ambas: hay mucho más…; me acompañaron a casa a llevar los bolsos… Y allí estábamos, en el sofá de la sala, que siempre tengo “protegido” con una sábana.
-¡Uuuummm! ¡Dale, metelos bien! – Decía la mayor.
-¡Si! ¡Dale! ¡Bien adentro! – Repite la más chica.
-¡Sácalos y ponelos dentro! ¡Dale! – Insiste Sofi.
Así estuvimos varios minutos. Ellas no dejaban de mamar.
-¡Esperen! ¡Aflojen un poco! ¡No quiero correrme! – Mi deseo es acabarles en el culo. Trato de hablar con delicadeza.
-¡Dale, ahora! - Sofi inmediatamente se sentó de espaldas sobre la pija… ¡en el culo! ¡Hasta el fondo…! Y comenzó a cabalgar apoyada en mis piernas. La hermanita se paró con las piernas a nuestro costado, sobre el sillón, y me puso la conchita en la boca. Pintoresca la cosa. Milana apoyaba su culito en la cabeza de su hermana, quien estaba de espaldas, cabalgando sobre mi pija.
Mientras me cogía a la mayor, se la chupaba a la más chica. Ambas tareas ...

... me brindan placer, y complacía a ambas. 
La nena viene con la calentura desde que nació: al minuto me está descargando fluidos en la boca, con algo de orín, sin duda. De todas maneras, me gusta. ¡Siempre me ha gustado el orín de las mujeres, de cualquier edad!
Sofi, a pesar de tener el culo de su hermanita sobre su cabeza, no deja de cabalgar. 
-¡Dale Dani! ¡Llename el culo! – ¡Exige el semen! 
-¡Yo también quiero! – Milana no quiere quedar excluida. 
En realidad, no sé si es virgen; no se la metí ni le pregunté. No creo que esté más allá de quinto grado.
-¡Vos todavía sos virgen! – Sofi me da la respuesta. – Si te la vas a coger, tratá de ser suave. No quiero que le duela…
Eso me lo dice a mí. La hermana se preocupa por la chiquilla.
-¿Duele mucho? – Milana pregunta intrigada…, no asustada.
-Al principio duele en poco, pero una vez que el culito lo recibe por primera vez, se adapta, se acostumbra, el dolor pasa y solo es placer… - Sofi sabe de lo que habla. Desde que el hermano mayor la desvirgó, cuando estaba en sexto grado, no dejó de coger, sobre todo por el culo, acentuando la costumbre anal luego de tener la menstruación.
-Es como dice tu hermana, tesorito… - No voy hacer otra cosa que “apoyar” a la mayor en todo momento. 
-Si, como dice Dani. Cada momento querés más y más… - Sofi insiste en las “ventajas” del coito… - ¡Desde la primera vez que me cogió, no pude parar de repetir!
En realidad, desde la primera vez que tuvo una pija adentro, mucho más pequeña, ...