CARIÑOSAS HERMANITAS - Relatos Eróticos

CARIÑOSAS HERMANITAS

... pueden vernos! En este edificio hay un montón de lugares…
Sofi lo conoce muy bien. Más de cuatro la culearon en alguno de estos rincones. Hace dos años que trabaja en esa empresa.
-Yo…, bueno…, no sé si tengo más miedo que vergüenza… - Milana trata de convertir sus pretextos en chafalonías…
-Ninguna cosa, mi amor. Conmigo no tenés que tener vergüenza… ¡Sólo quiero adorarte! - (¡Y abrirte el hoyo!)
-¡Ay! ¡Eso me da vergüenza! Dani…, yo…, yo… digo…, a mí me gusta mucho estar con usted…, ¡es tan dulce! ¡Tan cariñoso…!
-¡Eso, mi amor! ¡Quiero mostrarte todo lo cariñoso que puedo ser con vos, la mujer más hermosa que conozco! ¡Junto a tu hermana, por supuesto!
-¡Uyyy! ¡Esoooo…, eso…, es muchoooo… - Sin duda que Milana ya está entregada…
-Bueno, mi amor…, vení conmigo. – No esperé más. La tomé de la cintura y la llevé, bien pegaditas nuestras caderas, hacia el interior, un intrincado pasillo con varias derivaciones. En alguna oportunidad, hicimos la pintura en el edificio. Sé perfectamente donde está la habitación que el encargado usaba cuando tenía que estar muy temprano a recibir algo o alguien. 
Luego de caminar varios pasos, en un rincón creado por una gran columna, me giré, la abracé con un brazo en la cintura, y la besé…, apretando su culito contra mí con la otra mano, intentando, tal vez prematuramente, que nuestras lenguas se encontraran… ¡No fue prematuro! Milana entreabrió los labios y me ofreció la lengüita. La chupé y apreté con mis labios. No sé si fue ...

... instantáneo o instintivo, pero Milana se “adhirió” a mi entrepierna, apretando la suya. Le crucé una de las mías bajo su ingle, y levanté la rodilla, refregándola en ella. Me respondió apretándose más y volviendo a ofrecerme la lengua. 
-¡Ay Dani…! ¡Estoy toda mojada! - ¡Esta nena es mágica! ¡A dos metros está la puerta que busco!
La abrí, tomando nota que tenía cierre interior, y suspiré aliviado cuando comprobé que la cama, si bien solamente tiene colchón, sin sábanas ni cobertor, está absolutamente limpia. 
En ningún momento solté la cintura de la nena. Nos acercamos a la cama…
-Está perfecta. ¡Vas a ver qué lindo te la mete Dani! – Sofi no se alejó en ningún momento. No sé si para proteger a su hermana o recibir una segunda dosis. De cualquier manera, no la deja de alentar. - ¡Esta cama es hermosa, bien grande!
-¡Perfecta! Cerrá con el seguro, tesoro… - Se lo dije a Sofi mientras hacía sentar en el borde de la cama a Milana. Por supuesto, Sofi vino inmediatamente a nuestro lado.
Tal como es mi “rutina”, le separé las piernas y corrí su bombachita… ¡Y le chupé hasta el alma!
-¡Aaaahhhh! ¡Aaaahhhh! ¡Aaaahhhh! – Milana gritaba cada vez más.
-¡No grités Mila, que van a oír! – Sofi está más preocupada que yo. – Hacelo despacito para que no escuche nadie…, por favor…
-¡Escuchá Milana, tesoro… ¡Escuchá a Sofi! – Me corrí hacia un lado, donde se había sentado la hermana, esperando, justamente, su oportunidad…
Sofi, canchera y viendo como había hecho con su hermanita, se levantó ...