RECUPERANDO RECUERDOS
Fecha: 28/08/2025,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
No sé porque, pero a veces aparecen en la memoria hechos o circunstancias aparentemente perdidas para siempre. Lo que voy a relatar ocurrió cuando yo recién ingresaba a la escuela secundaria.
Vivíamos en un barrio muy lindo. Para mí es casi milagroso, pues, “gracias” al trabajo de mi padre nos mudábamos dos por tres.
Por razones laborales, mi padre solamente compartía nuestra vida, la de mi madre y la mía, 4 o 5 días cada dos o tres semanas. En este caso, milagrosamente, mi padre había decidido comprar una hermosa vivienda en un barrio muy particular, casi un pequeño country en medio de la ciudad, con viviendas que daban directamente al parque, y calles solamente en el perímetro. Plaza, parque, todo árboles y flores…
Mi padre, tal como lo dije en otras oportunidades, viajaba constantemente por su actividad y, casualmente, uno de nuestros vecinos, el que vivía a nuestra izquierda, también tenía una tarea que lo hacía desplazar permanentemente.
Los vecinos, los que son parte de esta historia, vivían a nuestra izquierda. Un joven matrimonio con una nena que concurría a preescolar, de carácter privado, por entonces, pues la educación oficial todavía no había incorporado esa categoría.
Como siempre, mi papá venía cada dos o tres semanas…, y el vecino que importa en este caso, igualmente. Su familia, además de su joven y hermosa esposa, la integraba una dulce criatura que se estaba preparando en una institución privada para ingresar a la escuela primaria. Para que tengan ...
... idea de la época, todavía existía el absurdo de “primero inferior”–“primero superior”.
Tal como mi padre, el vecino viajaba bastante lejos, hacia la Patagonia, y volvía cada tres o cuatro semanas. De todas maneras, mi mamá y la señora vecina, al estar mucho tiempo solas, habían hecho buenas migas y se reunían casi todos los días, antes del atardecer, algo así como a las 4-5 de la tarde, en el fondo de las viviendas, donde había un amplio patio, quinta y árboles frutales, con un terreno que continuaba más de 20 metros. Las viviendas, construidas por una cooperativa, eran todas muy parecidas, cambiando solamente la cantidad de dormitorios o el tamaño de baño o lavadero.
Así fue como mi mamá y la vecina se hicieron amigas compartiendo “soledad”, por lo menos aparentemente, dado que, en más de una oportunidad, al venir de la escuela más temprano por suspensión de alguna cátedra por ausencia de profesor, he visto, con absoluta seguridad, salir de casa, como de la vecina, a un joven trabajador que, por entonces, entregaba soda a domicilio. No me cabe dudas de que, tanto mi mamá, como la vecina, tenían unos cuantos oferentes interesados en que no la pasaran tan solas…
Esta señora, a la vecina me refiero, una hermosa joven de unos 25 años, por lo que me acuerdo, era mamá de una nena que todavía no había ingresado a la primaria. Muchas de las veces que venía a mi casa, o cuando mamá iba a la de ella, a conversar en el patio o jardín, yo me arrimaba a tomar algunos mates, si no ...