1. RECUPERANDO RECUERDOS


    Fecha: 28/08/2025, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... me quedaba en mi habitación donde tenía mi mesa de dibujo, a realizar los planos que en la escuela técnica me pedían.
    Muy poco tiempo después de las primeras reuniones, estando yo junto a mi madre y la vecina, tomando mate, su hija, la de la vecina me refiero, no ingresada a primaria todavía, se sienta en mi falda, como tantas veces, pero sin yo saber porque, comienza a moverse sobre mí, refregando su cola contra mis muslos y entrepierna. Por entonces yo acababa de ingresar al secundario. ¡Tenía todas las hormonas exaltadas y a la nena se le da por refregarse! ¡Sonamos! ¡Me puse al palo en 10 segundos! 
    Parecía que la nena supiera que pasaba, aunque fuera solamente instintivo, dado que, estando de espalda sobre mí, gira su cabecita, y sonriendo levemente me dice muy quedo al oído: “la cosita me hace así…”, y con la manito une sus deditos y los separa varias veces. 
    ¡Para qué! No solamente se movía tentadoramente, sino que su gesto sobre lo que le pasaba a su “cosita” -la “cachucha” decía mi madre-, y la manera de moverse, contribuyeron a que inmediatamente mis hormonas hirvieran… ¡y el “aparato” se me puso al palo! 
    Marisa, la nena, giró su cabeza y me habló al oído: “¿Qué te pasó que tengo esa cosa dura abajo?”
    ¡Dios! ¡Casi me muero! ¡Y yo nada más que un pantaloncito de futbol, de aquella época, de amplias piernas!
    Si bien estábamos a algo más de un metro de mi madre, dado que me alcanzaba el mate, yo temblaba por si hubiera oído. Lo peor es que yo quería levantarme ...
    ... para que terminara la tortura, pero… ¿cómo hacía para que no se notara que la tenía al palo?
    Se me ocurrió decirle a la nena que vaya a buscar unas revistas de historietas, con el tamaño casi de la mitad de un diario tabloide, que están en mi habitación. Vería como me tapo con eso. Ella, por suerte, tenía un muñeco en los brazos.
    -Dejame el muñeco, así no se cae. - Y fue a buscar las revistas. 
    Se las mostré y le iba leyendo lo que me parecía más gracioso…
    La nena me volvió a decir, “la cosita me hace así”, y juntó los deditos.
    Estaba absolutamente al palo. ¿Cómo carajo hago?
    Le pido a Marisa que se baje, pues “tengo que ir a terminar unos dibujos”. Aprovecho a cubrirme con una de las revistas. 
    ¡Fue peor el remedio que la enfermedad! Marisa no tarda dos minutos en venir a mi habitación…
    -Le dije a mamá y me dejó venir… - Apoyó su carita en mi muslo, dado que estaba sentado en el taburete.
    -¿Me dejás ver el dibujo?
    Marisa está parada, pero su perita apenas si llega a la altura del tablero. La tengo que levantar…, y sentar en mi falda para que vea…
    Marisa está sentada nuevamente en mi falda. Como el taburete es pequeño se repriega contra mí, quedando sus nalguitas justo, justo… sobre el bulto…
    No se hace problema. Se acomoda de manera tal de colocar mi pedazo entre sus nalgas y se apoya… ¡como si pesara 40 kilos!
    Cosa rara…, está talmente apretada contra mí. No sé si es por voluntad o casualidad… La tengo nuevamente apretándome el bulto… y este crece y crece…
    -¡Ay ...
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