CAMBIÓ OSITO POR OTRO PELUCHE
Fecha: 03/09/2025,
Categorías:
Tabú
Tus Relatos
Autor: Leja, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... boca, no es que era, grande, es que ella era chica. Por lo que decidí ponerme de forma de volver a besarle su conchita, así, en sesenta y nueve, ella llegaría al orgasmo y yo le llenaría de semen su boca. Fabiana roncaba.
Eran como las cuatro de la madrugada. La niña hacía su mejor esfuerzo por hacer gozar al hombre de su madre, ya sabía, muchas noches vio a su mamá practicarme una fellatio y yo estaba con mi lengua sobre la vagina dulce de la señorita. Con su cola firme, sus pechos voluptuosos, su aroma a nena. La pija me estaba a punto de reventar, fue que decidí introducirle a Sandra un dedo para que acelerar su orgasmo y así acabar los dos juntos. Funcionó, mientras ella llenaba de fluidos mi cara y su vagina entraba en un latido descontrolado, le llenaba de leche su boca, y mi pija se movía como poseído dentro de la boca de la niña, el perineo estaba hinchado, mi ano latía también mis piernas se agitaban y ella, la nena, se moría en un espasmo único.
Algunas noches o siestas ocurría esto, otras redondamente, cuando Fabiana no estaba, Sandra le bajaba el cierre del pantalón y me devoraba la pija, otras era yo quién la desnudaba y le comía la concha. Por ese tiempo no hubo penetración, ella le decía que le gustaba que la penetrara con sus dedos y que cuando ella estuviera lista, iba a ser yo quién la desflore. Entonces esperé, porque no había prisa y con su madre estábamos siempre muy activos. Después de todo era la hija de mi clienta y no me convenía perder el vínculo ...
... comercial porque su madre se enterara que me estaba cogiendo, también a su hija.
Así pasó un año. A los diecinueve Sandra, se puso muy bonita, sus pechos muy grandes, sus caderas de mujer adulta, seguro que el sexo le había ayudado, llamaba mucho la atención en todos lados.
Ya sus actos sexuales conmigo estaban rozando lo carnal profundo. Por ejemplo, una noche en que había terminado de hacer el amor con su mamá, Sandra, luego de chuparme bien la poronga, se subió encima de mí y con su vagina muy mojada, rozó mi pene hasta estallar en un orgasmo bestial. Pero no hubo penetración, aunque él quería y no la obligó y ella también, pero tuvo miedo.
Entonces aquel verano no dio más y se lanzó a ser desflorada.
Fue en el patio grande de su casa. Fabiana se había ido a ser unas compras. Antes nos sacudimos fuerte sobre la mesa del lavadero, Ella siempre arrancaba la acción, mientras metía la ropa en el lavarropa, agachada, a propósito, ella no llevaba tanga, se levantó la falta y lo llamó con un dedo. Entonces yo arranqué a correrle comerle la concha y el ano, mientras le acariciaba los pechos, ella gemía y hacia la cola para atrás, pidiendo más lengua. Sandra siempre había sido testigo de estos actos detrás de alguna cortina para que su madre no la viera pero en evidente exposición para que yo la notara. Entonces, sumergido entre las nalgas de Fabiana, seguía chupando y mirando a Sandra cono señal de que ella era la próxima, Esto la hacía mojar mucho, como cuando era una niña ...