1. Ahora somos amantes


    Fecha: 03/01/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos

    ... invitó a bailar con él. Ponían una salsa que bailamos como cualquier otra de las parejas en la pista, y yo noté que el doc. H. no me quitaba los ojos de encima, ponerme un vestido cortito para ir al bar había dado resultado, y cuando comenzó la siguiente canción, le propuse a mi pareja de baile que siguiéramos -Pero agárrame bien, que no te de pena- le dije al chico que hasta ese momento había mantenido una respetuosa posición para bailar-¿así está bien, compañera?- me dijo, rodeándome un poco más por el talle y bajando su mano hasta donde empieza la curva de mis nalgas -así está mejor, no seas tímido conmigo- le contesté y encantada, me puse a bailar muy pegada a su cuerpo aprovechando cada oportunidad de frotar su entrepierna con mi muslo. Cuando terminó la canción, cambiaron el ritmo de la música y pusieron algo electrónico, muy propicio para el cachondeo. Me puse de espaldas a mi pareja y comencé a frotar descaradamente mi culo en su verga, subiendo y bajando, mientras lo tomaba de la nuca poniendo los brazos detrás de mí en una invitación a asomarse a mi escote y dejando que él pasara constantemente sus manos por mis costados, acariciando tímidamente el borde de mis tetas.
    
    Cuando regresamos a la mesa para beber algo, Sarah, mi compañera de piso en la clínica, que sabía lo loca que yo estaba por el doc. H. se dirigió a él y en tono de burla le dijo -Le están comiendo el mandado, eh doc. jajaja- H. solo sonrió y se echó hacia atrás en su asiento, sonrojándose. Luego ...
    ... mi compañero de baile quería un poco más y me extendió la mano para acudir a la pista nuevamente. La música electrónica seguía sonando y bailamos tan pegados que sentía su aliento en mi cara cada vez que yo prácticamente me embarraba en su pecho, entonces aproveché que accionaron las luces estroboscópicas para sobarle la verga, que ya estaba durita bajo el pantalón y él se dejaba hacer, orgulloso de su conquista, sin saber que todo lo que yo le hacía era para provocar al insensible de H. que continuaba sentado en la mesa, viendo cómo otro disfrutaba de mí.
    
    Cuando nos fuimos a sentar luego del sugestivo baile, aproveché que había un lugar vacío al lado de H. y me puse ahí. Alex (que así se llamaba el interno con el que bailé) tomó una silla frente a nosotros y comenzó un vano intento por sostener una conversación estando la música sonando a tope. Me acerqué al oído de H. y le dije -Voy a salir a fumar ¿me acompañas?- Hacía meses que no fumaba, pero no se me ocurrió un pretexto mejor, y afortunadamente H. asintió y salimos de ahí, dejando a Alex con dos de mis compañeras que regresaban del baño y se habían acomodado junto a él en la mesa.
    
    -¿tú no bailas?- Le pregunté al doctor H. mientras compraba un cigarro "suelto" en las afueras del bar.
    
    -No se bailar. Vine con la intensión de conocer mejor a mis nuevos compañeros de trabajo, pero ahí no se puede ni platicar. Por ejemplo, no sé cuántos años tienes
    
    -Vaya, debes estarte aburriendo. Y tengo 22.
    
    -¿Ves? ni siquiera ...
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